USA: comienza la "cuenta atrás" para la transmisión de poderes

Los departamentos de Estado y de Defensa, de los Estados Unidos, se preparan para la transmisión de poderes y de información a la administración que está preparando el presidente electo, Jimmy Carter.

Los planes para las nuevas iniciativas de política exterior en Oriente Medio, China y las conversaciones sobre limitación de armas estratégicas serán encomendados a la nueva administración, según funcionarios del departamento de Estado. No obstante, la administración Ford seguirá manteniendo sus responsabilidades sobre los problemas urgentes, como los de Rodesia, Vietnam y Portugal, que no pueden ser retrasados hasta el 20 de enero, cuando Carter tome posesión.Henry Kissinger ha dado órdenes de que sus funcionarios colaboren plenamente con el equipo de Carter. En el Pentágono, el secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, indicó que había pedido a los grupos mostrarse «lo más cooperativos posible».

Kissinger ha designado a Lawrence S. Eagleburger, su consejero más próximo, para encabezar un equipo de cuatro personas que tienen el encargo de abrir los ficheros y ayudar a los miembros del equipo de Carter a hacerse cargo de los asuntos internacionales, para el 20 de enero.

Rumsfeld dijo que los ayudantes de Carter podrían participar en las discusiones sobre el nuevo presupuesto de defensa. Sin embargo, Rumsfeld indicó que la administración Ford tenía responsabilidad sobre el programa de defensa hasta el 20 de enero, y juzgarla por sí misma lo que hubiese que hacer en este período.

Se han mencionado los nombres de posibles nuevos miembros del equipo federal de Carter, tales como Leonard Woodcock, presidente del sindicato de obreros del automóvil; Griffin B. Bell, un juez recientemente retirado, después de quince años de destino en un tribunal federal de apelación; Lawrence Klein, un economista de la Universidad de Pennsylvania, o el antiguo alcalde de Nueva York, John Lindsay.

También se menciona a personas con experiencia en la administración de Johnson, como Cyrus Vance, antiguo subsecretario de Defensa: Bill Moyers, secretario - de Prensa del presidente Kennedy; Charles Schultze, antiguo director de la oficina de presupuestos, y Robert V. Roosa, antiguo subsecretario del Tesoro de la administración Kennedy.

El encargado de los planes de transición, Watson, directo ayudante de Carter, ha dado ya alguna indicación sobre el tipo de personas que se está considerando para ser incorporados al equipo.«Debido a la naturaleza de la campaña que ha llevado a cabo Carter -dijo Watson- tiene un sentido muy acusado del alcance y capacidad de gentes de talento de todo el país. Buscará en las universidades y otras instituciones en el Medio Oeste, el Oeste y el Sur. Eso no quiere decir que tenga un prejuicio anti-Harvard, anti-Columbia o anti-Yale. Aunque tampoco tiene el prejuicio opuesto, de que todo el talento se encuentra allí, de que si uno no viene de la costa este, uno no ha demostrado que vale».

Aunque los colaboradores más próximos de Carter están de acuerdo en que su principal tentación sería la de meterse de inmediato en el proceso de seleccionar las figuras más importantes de su administración, algunos de sus ayudantes le están pidiendo tomarse una semana o diez días para descansar y leer los estudios de transición que se le han preparado.

Incluso si se torna unas cortas vacaciones, el calendario de Carter iría más adelantado que el de otros recientes presidentes, porque en el pasado julio decidió destinar 150.000 dólares de su campaña para crear un grupo de trabajo para la transición.

El memorándum de transición que Clifford preparó para Kennedy días después de su elección, se queda corto frente a los, completos estudios elaborados por su equipo de transición:

Una agenda de veinticinco páginas para el período de transición.

Un memorándum personal de 45 páginas: «Algunas ideas sobre la organización del despacho ejecutivo del presidente».

Un documento de cincuenta, sesenta páginas que analiza las relaciones entre los miembros del Gabinete y los jefes de las agencias más importantes, como la CIA y la de Energía.

Un análisis de ochenta páginas de los presupuestos que se están preparando para los años fiscales 1977 y 1978 por el equipo de Ford, con vistas a que Carter pueda proponer cambios presupuestarios propios, inmediatamente después de tomar posesión.

Un libro resumen de varios cientos de páginas, conteniendo opciones sobre problemas de política exterior y defensiva, tales como mantener las conversaciones de limitación de armas estratégicas con la URSS, sobre la procedencia de continuar o no con la producción del bombardero B-1, y cómo ahorrar con el presupuesto de defensa, por medio de una mayor eficiencia. También se ofrecen a Carter más de cincuenta opciones sobre problemas internos.

Un libro de notas sobre los trabajos de cada uno de los once departamentos con nivel de gabinete, para permitir a los responsables «arrancar a toda prisa», una vez que sean elegidos por Carter.

«El papel del equipo de la Casa Blanca ha sido desfigurado», ha dicho Watson. «Jimmy querrá un gabinete más poderoso, porque se ha percatado de lo complejo que es el Gobierno. Carter cree de muchos centros de iniciativa y mando. Sabe que no se puede gobernar a través de pequeños agujeros».