Monotonía y espera
Tanda con nuevas mínimas del año, consecuencia de la debilidad progresiva que se iniciara la semana anterior. Sin embargo, en ésta el proceso ha sido inverso, porque, además de disminuir los decrementos (del -0,70 del martes al 0,45 del viernes), hubo un declive en el volumen de negociación que puede interpretarse como un cierto apaciguamiento debido al compás de espera que se abría para ver en qué resultaba la batería de medidas económicas que estaba adoptando, fatigosamente, el Gobierno y que cristalizó en el Consejo de Ministros del viernes.Por esta razón cronológica dicho paquete tampoco pudo estimular una reacción bursátil, ya que primero se habrá de conocer, en su integridad y luego asimilar debidamente por empresarios y trabajadores. Recordemos, sin embargo, que el decreto-ley de 30 de noviembre de 1973, con Barrera de Irimo, que se parece al de ahora, permitió a la Bolsa un ritmo ascendente, que sólo se trocaría, ya definitivamente, en el segundo trimestre de 1974 (el 24 de abril más concretamente). Pero esta vez las circunstancias socio-políticas son otras y no nos atrevemos a predecir cómo encajará la Bolsa estas medidas.
Centrándonos en lo ocurrido en el patio de operaciones, hay que mencionar el nuevo sistema de contratación por caja que se ha aplicado a los Bancos Comerciales (-4,54 por 100), sin que haya supuesto variación en la tendencia que llevaban, ya que la mayoría de ellos no pudieron cotizar por la presión del papel, que, salvo en la sesión del martes, ha ido aumentando. Ha sido como una aspirina, cuando la enfermedad es de otra envergadura.
Continúa el apoyo institucional (léase Banco de España), que se aplica principalmente, aparte de Eléctricas y Monopolios, a los valores industriales que tienen mayor ponderación en el índice (Dragados en Construcción, Petróleos y Explosivos en Químicas, etc.).
