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Presentado el diagnóstico de la OCDE sobre la economía española

"Es evidente que los objetivos a plazo medio del crecimiento, del empleo y de la balanza de pagos, solamente pueden ser analizados dentro del contexto de una eventual modificación de la política económica general, y de una reforma paralela de las instituciones». Con este párrafo de claro matiz político, cosa poco usual en la OCDE, finaliza el Informe Económico de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre España.

En esta ocasión no hubo motivo de grandes divergencias entre el Secretariado del organismo y la parte española, según puso de relieve el secretario general técnico del Ministerio de Hacienda, Anselmo Calleja, que junto con el secretario general técnico del Ministerio de Comercio, Juan Antonio García Díez, fueron los encargados de presentar el citado informe a los medios informativos. Del texto del informe económico, se desprenden dos conclusiones básicas: que la reactivación en nuestro país es un hecho que se prolongará de forma clara a lo largo del presente año, y que los problemas de la economía española no son los próximos seis o siete meses, sino los futuros cuatro o cinco años.Conclusiones de política económica

La recuperación de la actividad, iniciada a finales de 1975, debería verse acompañada de fuertes presiones sobre los precios, y de un elevado nivel del descenso del déficit exterior, aunque ésta no será suficiente para resolver el problema del empleo. Todas estas previsiones -dice- se ven salpicadas por numerosas incertidumbres de naturaleza extraeconómica como son la evolución futura de las instituciones y del ambiente social. Otras incertidumbres afectan a una aceleración de la inflación y a una posible acentuación de las reivindicaciones salariales, lo que podría repercutir sobre los precios del aumento de sus costes, con el fin de que las empresas no viesen deteriorados sus márgenes de beneficios, fuertemente reducidos en la actualidad por la recesión y por el alza de costes salariales. La política del Gobierno deberá orientarse para evitar una espiral de precios-salarios, pero teniendo buen cuidado en evitar un nuevo deterioro de la situación laboral.

Política presupuestaria

Aconseja el informe utilizar plenamente los créditos adscritos al Fondo de Acción Coyuntural (cuyo montante absoluto sigue siendo por otra parte extremadamente limitado). Se refiere igualmente al subsidio de paro del que dice que el sistema actual de cobertura sólo abarca a una parte relativamente reducida de los parados y las prestaciones desembolsadas sólo garantizan a los beneficiarios a un nivel de renta extremadamente bajo. En resumen: hay que aumentar el subsidio de paro, pero hay que incrementar el control. En el momento actual parece apropiado combinar una política presupuestaria selectiva tendente a mantener el empleo con sostenimiento de una política monetaria prudente, teniendo máximo cuidado en evitar un crecimiento rápido de la oferta monetaria y de los tipos de interés demasiado bajos.

Precios

Considerando la previsión de un fuerte aumento de los precios, a pesar del débil crecimiento de la producción, cabe la posibilidad de preguntarse si las acciones específicas sobre los precios y las rentas no podrían yuxtaponerse a la política de gestión de la demanda. La política a seguir podría ser el incremento de impuestos sobre bienes de lujo con lo que se podría subvencionar o reducir los impuestos indirectos respecto a un reducido número de productos fundamentales que podrían contribuir a desacelerar, la espiral precios-salarios. No se puede esperar demasiado de intervenciones selectivas del Gobierno como el control de precios o fijación de normas en los salarios han resultado, en el pasado, decepcionantes.

Puede esperarse una cierta reducción del déficit corriente, gracias especialmente a la recuperación de la actividad económica de los principales países de la OCDE, y a la reciente depreciación de la peseta. Esta medida, a juicio de los expertos de la OCDE, estaba justificada tanto por la evolución de los costes y de los precios interiores como por los movimientos de las demás paridades. En un contexto de flotación generalizada de las monedas, parecen preferibles los ajustes más flexibles de los tipos efectivos de cambios: los efectos inevitables de una depreciación en los precios interiores, amenazan en efecto, con verse aumentados por las reacciones de los agentes económicos en caso de fluctuaciones bruscas. En todo caso, el déficit corriente permanecerá siendo considerable este año. Entre otros medios apropiados de financiación, parecería razonable aceptar una cierta utilización de las reservas oficiales, cosa que por otra parte iría encaminada hacia una moderación del crecimiento de la liquidez interior.

Paro

El problema del empleo es particularmente dificil en España, ya que es poco probable que la emigración neta de trabajadores pueda volver a ser importante durante los próximos años. Sería preciso un tipo de crecimiento relativamente alto de la producción para absorber el subempleó considerable, (declarado o encubierto) que puede presentarse, aunque la realización de este crecimiento depende en parte de la expansión de la actividad y del comercio mundial.

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