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Más del setenta por ciento de los españoles favorable al divorcio

Del grupo global de españoles favorables al divorcio según las cifras, de Foessa, un 18 por 100 está muy de acuerdo mientras un 53,6 por 100 está simplemente de acuerdo. Esto no obsta para que un 85,2 por 100 de los españoles piense que el matrimonio debe permanecer unido, si hay hijos pequeños.Este resultado no concuerda con las hipótesis de ciertas corrientes psicológicas que señalan la especial incidencia de una relación conyugal deteriorada sobre el desarrollo de la afectividad infantil. Según esas corrientes precisamente en la más primitiva edad de la vida es cuando sería mayor la influencia de la mala relación padre-madre.

El problema tiene varios aspectos, porque lo que se pregunta no es si los españoles son o no partidarios de la indisolubilidad del matrimonio. Esa es otra cuestión. Y respecto a esa cuestión, la encuesta recientemente realizada por el Instituto de la Opinión Pública, mostraba que un 45 por 100 sí cree que el matrimonio debe ser indisoluble, un 20 por 100 cree que no debe ser indisoluble, y un 34 por 100 cree que la indisolubilidad depende.

La opinión varía con la edad, clase social, nivel de estudios y otros factores. Los jóvenes de edad comprendida entre los quince y los diecinueve años que opinan que en España se debiera permitir el divorcio constituyen el 83,3 por 100 de la población total enciestada de su edad. En el otro extremo cronológico de los encuestdos, los españoles de edad comprendidad entre los cincuenta y cinco y los sesenta y cuatro años piensan de otra manera. Sólo un 57,1 por 100 de este sector aceptaría el divorcia

El nivel de estudios también influye. Continuando con los datos facilitados por Foessa, se puede saber que de las personas con estudios superiores consultadas, un 79,4 por 100 es favorable al divorcio, mientras que de las personas con ningún nivel de estudios, el porcentaje de los favorables, baja a un 53,2 por 100.

Las clases sociales altas y media alta son más favorables -un 84,4 por 100 de los encuestados-, que las clases medias, y que la clase obrera. En esta última el porcentaje baja a un 65,1 por 100.

La religión cuenta y no poco. Personas consideradas en la encuesta como muy buenos católicos se muestran favorables al divorcio, en un 51,5 por 100. Según, disminuye el nivel de prácticas religiosas (regulares, practicantes ocasionales, no practicantes, indiferentes) va aumentando el porcentaje de sí al divorcio. Los indiferentes lo desean en un 89,6 por 100.

Los resultadós muestran un conflicto entre legalidad externa y el fuero interior de la conciencia. Porque muchas personas que .desean un matrimonio indisoluble no quieren que la ley sancione o ratifique lo que la conciencia decide.

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