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El ‘Fair Play’ financiero agobia al PSG

Si ficha a Neymar por 222 millones deberá rehacer sus cuentas para esquivar la norma de la UEFA

GORKA PÉREZ
Al-Khelaifi, presidente del PSG, durante una rueda de prensa.
Al-Khelaifi, presidente del PSG, durante una rueda de prensa.Thomas Samson (AFP)

Desde que en 2011 la UEFA puso en marcha una batería de medidas destinadas al control de las cuentas de los clubes de fútbol europeos a las que encuadró bajo el concepto de Fair Play (juego limpio) financiero, la economía de todos ellos se ha sometido desde entonces a controles periódicos que en muchos casos les ha obligado a replantearse sus inversiones por temor a las represalias.

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El París Saint Germain, en manos del multimillonario catarí Nasser Al-Khelaifi desde octubre de ese mismo año, una de las 100 personas más ricas del mundo según la revista Forbes, ha sido uno de los equipos sobre el que ha depositado el foco el Comité de Control Financiero de Clubes designado por el máximo organismo del fútbol europeo. El interés en el fichaje de Neymar, por el que el conjunto francés debería hacer frente a los 222 millones de euros que establece su cláusula de rescisión con el Barcelona, ha colocado de nuevo al seis veces campeón de la liga francesa bajo la lupa de la UEFA. Y es que semejante gasto podría vulnerar el punto de equilibrio financiero establecido para un club que ya fue sancionado en 2014 por infringir la norma.

Según recoge la última modificación de la UEFA para la aplicación del juego limpio financiero publicada en junio de 2015, los clubes solo podrán gastar hasta cinco millones más de lo que ingresen por un periodo de evaluación de tres años. Sin embargo, el límite de endeudamiento máximo permitido para la temporada 2017-2018 será, por tercer año, de 30 millones, 15 menos de lo que se estableció anteriormente para los cursos de 2013-2014 y 2014-2015. Los clubes, por lo tanto, no podrán gastar (mucho) más de lo que ingresen, aunque la inversión en infraestructuras deportivas y en el desarrollo del fútbol juvenil y femenino quedan ahora excluidos del apartado de pagos.

Sin deudas con terceros

Otro de los fundamentos que rigen la aplicación de esto s controles económicos tiene que ver con que ningún club podrá tener deudas pendientes con otros, con sus jugadores o con las autoridades tributarias del país. De no ser así, la UEFA se reserva el derecho de no admitir para sus competiciones a aquellos que equipos que no cumplan con estas obligaciones. Algo que desde su entrada en vigor de la norma ya han padecido seis clubes —el Málaga en 2012 entre ellos—, y uno, el Bursaspor turco, resultó excluido en la campaña 2015-2016 por incumplir el reglamento.

Cuando el fondo Qatar Investment Autorithy se hizo con el 70% de las acciones del PSG en 2011 por 50 millones de euros, el club presentaba una deuda que rondaba los 20. Un año después Al-Khelaifi logró el control total del club, firmó acuerdos con patrocinadores catarís, y en su primera temporada al frente, la 2011-2012, se gastó 107 millones de euros en fichajes, 11 veces más que sus predecesores en el anterior ejercicio. Desde entonces las cifras han superado siempre esa inversión inicial con 150 en la 2012-2013, 136 en la 2013-2014, 116 en la 2015-2016 y 144,6 en la 2016-2017; a excepción de la temporada 2014-2015, en la que ‘únicamente’ invirtió 49,5 millones.

Neymar, durante el amistoso ante la Juventus.
Neymar, durante el amistoso ante la Juventus.ELSA (AFP)

Atendiendo a los distintos estudios publicados desde el desembarco de los nuevos dueños, la masa salarial de la plantilla del PSG ha rondado los 300 millones, mientras que sus ingresos, concluido el 2016, alcanzaron los 480,8 —el cuarto en el ránking mundial por detrás de Real Madrid, Barcelona y Manchester United según la consultora Deloitte—.

Las cifras que rodean el posible desembarco de Neymar en París contemplan una oferta al brasileño de 30 millones de euros netos por temporada, dentro de un contrato de cinco años, a los que además del pago de su cláusula de rescisión, se sumaría una prima por el traspaso que podría llegar hasta los 40 millones. La operación tras el respectivo pago de impuestos como el IVA o el IRFP —en Francia del 69% para las grandes fortunas—, ascendería hasta no menos de 750 millones de euros.

La llegada de Neymar forzaría al club de la capital de Francia a desprenderse de alguna de sus figuras con el objeto de liberar una sobrecargada masa salarial que complicaría la ecuación impuesta por la UEFA. En esa rampa de salida podrían colocarse jugadores como Di María, Lucas Moura, o Matuidi y Ben Arfa, que terminan contrato en junio de 2018, y por los que el equipo que dirige Unai Emery podría obtener ingresos suficientes, y se desprendería de algunos de los salarios más elevados de la plantilla. “Necesitamos a un jugador del top 5 para poder aspirar a conseguir grandes cosas”, sugirió el técnico español durante la pretemporada del PSG en Estados Unidos.

En abril de 2012 LaLiga firmó un acuerdo para controlar la deuda de los clubes españoles de Primera y Segunda con Hacienda, que ascendía en aquel momento hasta los 750 millones de euros. Cinco años después, la cuenta ha menguado considerablemente hasta los 230, un tercio del total.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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