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Federer no afloja y supera con facilidad a Del Potro

El suizo, que solo perdió un partido en el año, vence al siempre exigente argentino por 6-3 y 6-4. Espera en octavos a Bautista, que derrotó al local Sam Querrey

Federer pega una derecha ante Del Potro.
Federer pega una derecha ante Del Potro.Wilfredo Lee (AP)

Uno de los torneos favoritos de Juan Martín Del Potro es el Open de Miami. La ciudad estadounidense es un destino popular para los turistas argentinos y el tenista, que no suele jugar el ATP de Buenos Aires, puede experimentar una de las cosas que lo unen a Roger Federer: el amor del público. La soltura con la que ambos están desplegando su tenis es otra similitud. El suizo porque lo ha ganado ya todo, y más, último Open de Australia incluido: a los 35 años solo parece gozar. Delpo porque se encontró el año pasado por debajo del puesto 500 del ránking ATP y muchos lo imaginaban retirado por la lesión en la muñeca izquierda que lo persigue. Él se lo toma como un regalo. Así las cosas, quienes estuvieron preparados para disfrutar, fueron los 13.800 espectadores del estadio del Crandon Park, porque los tenistas, a pesar de lo más de 30 grados, lo jugaron a cara de perro. La diferencia más importante entre ambos, estuvo, claro, en el tenis, porque el suizo, que solo perdió un partido en el año, no afloja. Ahora venció sin fisuras al argentino por 6-3 y 6-4 en una hora y 23 minutos, y espera en octavos al español Roberto Bautista, que derrotó al local Sam Querrey por 3-6, 6-2 y 6-3.

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Federer, actual número seis del mundo, entró al partido asfixiando al rival. La fórmula le funciona desde que volvió de la lesión que lo apartó de las pistas durante la mitad de la pasada temporada. El suizo neutralizó el primer saque de Del Potro parándose en la línea de base para restar esos misiles de 200 kilómetros. La ecuación se permitía tres resultados variados: devolución de servicio ganadora, tiro a los pies del tandilense o punto para Del Potro. Fino como estuvo Federer, hubo más de los dos primeros. Por momentos intercambiaron violentos rallys en los que Roger se exhibía orgulloso de responder con éxito a las tremendas derechas del argentino. Pero, además, el mejor tenista de todos los tiempos mostró todo su repertorio: restos de revés, mucha seguridad con el segundo servicio y variantes para incomodar a Del Potro, que necesita estar bien plantado para dominar el partido con su infernal derecha. Federer, intenso, festejando los puntos en voz alta, consiguió un break con ventaja de 4-3 (ya había tenido otras oportunidades en los primeros juegos de saque de Del Potro). Eso le alcanzó para llevarse el primer set en poco más de media hora a pesar de ofrecer cuatro puntos de break en el juego para definir ese parcial.

Del Potro comenzó a verse más apurado, un poco lento en las reacciones de piernas tras servir. Hacía mucho calor sobre el cemento del estadio principal del Open de Miami y Federer continuó apretando. Si el primer servicio lo restaba sobre la línea de base, el segundo lo hacía casi dos metros dentro de la pista. El argentino, que mostró más soltura que nunca para pegar el revés a dos manos desde que volvió de la lesión, acusó el cansancio en la zona y debió incluso ser atendido. Roger rompió nuevamente en el 2-2 ante un público que mudó La Bombonera porteña a Key Biscayne. El "Olé, olé, olé Delpo" presente en todos los cambios de lados no alcanzó.

Federer se permitió juguetear en algunos puntos, tocar, pegar plano, dejarla. Del Potro aflojó con el revés, fatigado en la muñeca izquierda, que tantos problemas le ha traído en los últimos años. Comenzó a golpearlo cortado, con slice y le cedió así más tiempo al suizo. Solo consiguió un tiro ganador con ese golpe en todo el partido. Tampoco pudo aprovechar los primeros servicios. Metió más que su rival, pero ganó solo el 66% de los puntos con él.

Tan rápido restaba Federer que Del Potro, cerca del final del partido, debió golpear la bola por debajo de las piernas después de un primer servicio. Ese era el lapso, menor a un segundo, que tenía para pensar, para sentir sus misiles, para dominar desde la violencia de sus tiros. Así le resultó imposible.

Las diferencias parecieron minúsculas. Del Potro estuvo certero con el servicio, cometió algunos errores forzados de más, pero no en exceso, se mostró confiado, como en el último tiempo, con la derecha y tuvo casi las mismas oportunidades de break que Federer. El resultado fue contundente por los pequeños detalles, por aquellos recursos extraordinarios por los que Juan Martín Del Potro no es, precisamente Roger Federer, aunque en este momento ambos atraviesen sensaciones similares. Otra vez, Federer manejó el tiempo con placer.

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