Casemiro aumenta su repertorio
El pivote brasileño, insustituible para Zidane, mejora sus registros defensivos y se suelta en las labores de elaboración
Carlos Henrique Casemiro aterrizó en Madrid en el invierno de 2013 con su carrera en punto muerto. Después de destaparse como una de las grandes promesas de la generación comandada por Neymar y Coutinho, disputar 80 partidos con el São Paulo y alcanzar la selección absoluta brasileña, su progresión se frenó en seco. En su momento más crítico, después de tres meses casi en blanco en el equipo paulista, que ya le buscaba una salida a la baja, recibió una llamada del Madrid para recalar en su filial, entonces en Segunda. Casemiro se encontró con una oportunidad de oro para recuperar su nivel, y no la desaprovechó. El Madrid le compró por seis millones de euros y cuatro años después, con 25, el pivote tiene dos Champions League y es la pieza clave en el engranaje del Madrid, un hombre insustituible y sin recambio en la plantilla de Zinedine Zidane.
Casemiro, siempre en la sombra, alejado de los focos que iluminan a muchos de sus compañeros, se ha convertido en el jugador fundamental para que el Madrid no naufrague. Nexo único entre la defensa y los volantes y el tridente, se encarga de dar cierto equilibrio a un equipo partido sin él, de cubrir huecos y tapar los espacios que genera el esquema tipo de Zidane en el centro del campo. Además, sus coberturas a la banda izquierda cubren las continuas incorporaciones al ataque de Marcelo. Esta temporada, Casemiro acumula casi el 8% de las recuperaciones del Madrid y es el jugador que más balones intercepta y recupera del equipo, 10 por partido, uno cada ocho minutos.
Además, ha ido enterrando la fama de jugador tosco y poco capaz de aportar algo más que trabajo y recuperación. Casemiro ha añadido a su catálogo un mejor desplazamiento en largo, donde tiene un porcentaje de acierto del 74% desde su vuelta al Madrid. Su mejora también se plasma en el pase corto, aspecto en el que esta temporada ha alcanzado su pico con un acierto del 88%. En el plano ofensivo, también se muestra más suelto que nunca y ya suma tres goles, el último el pasado fin de semana ante el Athletic. El Madrid ha encontrado en él al pivote que llevaba buscando desde 2003, cuando se marchó el francés Claude Makelele. Casemiro se ha hecho con el puesto por el que desde entonces desfilaron, sin mucho éxito, Pablo García, Thomas Gravesen, Emerson, Mahamadou Diarra y Lassana Diarra. Solo Xabi Alonso, aunque con otro perfil, respondió con solvencia.
Cesión al Oporto
Para conseguirlo, el brasileño ha ido puliendo sus defectos y aumentando sus registros desde que irrumpió en el primer equipo en la temporada 2013-2014 con Ancelotti. Pese a su escasa presencia con el italiano —solo jugó cuatro partidos de titular en todo el curso—, 17 minutos en Dortmund en las semifinales de Champions ante el Borussia le pusieron en el escaparate. “Allí cambió, demostré a todo el mundo que podía jugar en el Real Madrid”, reconoció el jugador el año pasado en una entrevista a Marca. Aquel partido y otro par de buenas apariciones no fueron suficientes y Ancelotti le descartó para la siguiente temporada
Casemiro, cedido al Oporto, tenía que volver a empezar. El pivote se fue promediando dos recuperaciones por partido y un 42% de éxito en los duelos. En Portugal mejoró sus promedios, se soltó con el balón y aprendió a seleccionar cómo y cuándo intervenir en la recuperación. Su buen año convenció al Madrid, que lo repescó para formar parte de la plantilla de Rafa Benítez. Con el técnico español, el debate en torno a la necesidad de su presencia en el equipo era incesante.
Con Zidane, que no tardó mucho en darse cuenta de lo que suponía prescindir del brasileño, se terminaron las dudas. El francés le ha convertido en indiscutible, especialmente en las grandes citas. La temporada pasada, Casemiro disputó 35 partidos, 28 de titular, entre ellos la final de la Champions en Milán.
Este año ya suma 25 titularidades. En las dos temporadas sus números y prestaciones se han disparado: recupera un balón cada 11 minutos y gana el 60% de los duelos que disputa.
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