Cinco goleadas que el Barcelona no ha podido remontar
El conjunto azulgrana, sentenciado por el PSG, nunca ha podido dar la vuelta a una eliminatoria tras caer en la ida por cuatro goles
En la última semana se repetía en el Barcelona la cantinela por decreto. “La eliminatoria se resolverá en la vuelta”, se decía por los pasillos de la ciudad deportiva en un discurso que el cuerpo técnico y hasta los jugadores hicieron suyo. Aunque Patrick Kluivert, director deportivo del PSG, replicó: “El primer partido es fundamental”. No se equivocó el exdelantero azulgrana porque el PSG arrolló al Barça en un encuentro para olvidar para los culers, en un duelo en el que recibieron cuatro goles y unas collejas de más. “Una noche nefasta para nosotros, ellos han sido mucho mejores”, resumió Luis Enrique. Un descalabro de órdago porque, entre otras cosas, el Barça jamás ha remontado cuatro o más goles en una eliminatoria a doble partido, bien sea en una competición nacional o internacional. Del mismo modo, tampoco se le ha dado la vuelta a cuatro tantos de ventaja en toda la historia de las competiciones europeas. No es, sin embargo, la primera vez que el equipo azulgrana cae con estrépito en Europa.
1962. Valencia, 6 – Barcelona, 2. Copa de Ferias
El Barcelona estaba con el ánimo bajo al inicio de la década de los años 60 porque perdió la final de la Copa de Europa ante el Benfica (3-2) y porque Kubala se había hecho mayor y dejado las botas de lado. Luis Suárez, además, ya triunfaba en el Inter y Tejada y Czibor habían hecho las maletas. Pero el equipo, competitivo, alcanzó la final de la Copa de Ferias, que se disputó al inicio de la temporada 62-63 porque el Mundial de Chile impidió celebrarla al final del curso anterior como correspondía. Y como ocurrió ayer en París, la eliminatoria se resolvió en el encuentro de la ida con un sonoro 6-2 a favor del Valencia.
El conjunto dirigido por El Conejito Scopelli, famoso por dar oxígeno a sus jugadores en el entreacto, fue un ciclón con el que no pudo lidiar el equipo de Kubala –ya entrenador tras dar relevo a Luis Miró- ni sus muchachos, donde destacaban, entre otros, Cayetano Re y Kocsis. Pero la tripleta de puntas che, con Ribelles-Waldo y Guillot (firmó un hat-trick) resultó excesiva para el Barça. Así, en el choque de vuelta, de nada sirvió el empate a uno. Lo curioso del caso es que el Valencia, 10 meses antes, ya le había hecho el mismo desaguisado en la Liga…
1980. Barcelona, 0 - Colonia, 4. Copa de Europa
Migueli, Alexanco, Canito, Quini y Simonsen figuraban en el conjunto azulgrana, futbolistas que con el tiempo se ganaron un prestigio con el balón entre los pies. Pero al inicio de la década de los 80 no estaban demasiado finos, por más que en el encuentro de la ida de los dieciseisavos de Copa de Europa vencieran por 0-1 en tierras alemanas. Parecía asomarse la alegría por el Camp Nou, toda vez que 10 días antes habían fichado a Schuster, un futbolista de época. Ocurrió, sin embargo, que ese partido fue una lápida más que un revitalizante porque recibieron cuatro goles como soles.
“Nosotros no podemos marcar”, rugió el entonces presidente Josep Lluís Núñez desde las gradas. Incluso la afición la tomó contra el banquillo del Colonia y después con las puertas de la tribuna, harta de un equipo que sugería, pero no completaba. Resulta que el conjunto alemán, quizá en su mejor momento histórico porque figuraban estrellas como Littbarski, Dieter Müller, Engels y Bonhof, además de Schumacher bajo los palos, le dio un repaso brutal a los azulgrana. Toda una lección del técnico Rinus Michels, un viejo conocido de la casa que trajo junto a Cruyff el fútbol moderno, el caos organizado de la selección oranje; y todo un varapalo para Kubala, que fue el principio del fin en su segunda etapa como técnico azulgrana.
1994. Milan, 4 - Barcelona, 0. Final de la Copa de Europa
Se las daba de vencedor el Barcelona antes de jugar la final de la Copa de Europa, auspiciado por un Johan Cruyff que andaba desatado. “Ellos fichan a Desailly y nosotros a Romario”, dijo a la prensa el día antes; “da igual cómo juguéis; sois mejores y vais a ganar”, anunció a sus jugadores. Pero la historia terminó rematadamente mal, con un 4-0 que se ha marcado a fuego en la cartilla culer, quizá porque dos años antes se había coronado en Europa por primera vez en la historia y se pensaba que la inercia y el fútbol corrían a su favor.
Sucedió que Capello armó un encuentro físico, de contras rápidas y fútbol efectivo. Maldini evidenció que era el digno sustituto de Baresi, Desailly se zampó a toda la línea media azulgrana, Albertini y Boban pintaron las líneas de ataque, Savicevic deleitó con sucesivas rupturas a la zaga contraria y Massaro firmó el trabajo con dos tantos que se adivinaban desde que el cuero encaró el marco de Zubizarreta, que, precisamente, fue su última noche de azulgrana. Ese partido supuso que se deshiciera el dream-team, el equipo que sin embargo sentó las bases del Barça de hoy en día.
1997. Barcelona, 0 - Dinamo Kiev, 4. Copa de Europa
Fue en la fase de grupos, apenas tres meses después de que Louis Van Gaal aterrizara en Barcelona, época de la invasión holandesa y de un fútbol demasiado irregular. Pero el Barça empezaba a funcionar y así lo demostró una semana antes, cuando se impuso al Madrid en el Bernabéu. Pero para el duelo europeo presentaba muchas bajas –que fue la excusa que puso el técnico azulgrana a la conclusión del partido- y una alineación enclenque con jugadores como Ciric y Reiziger. Pero el Dinamo de Kiev le bajó los humos en apenas 90 minutos con un ejercicio de fútbol soberbio.
Se sabía de la calidad de Rebrov y de Gusin, y se citaba a un joven Shevchenko como el delantero del futuro. Pero poco se podía imaginar el Barça el espectáculo ucranio que dejó, de paso, al portero Vitor Baía visto para sentencia porque ya nunca más compitió por el puesto con Hesp, que en ese día estaba lesionado. “No hay excusas cuando se pierde un partido de esta forma. Yo he salido avergonzado del campo. Y no sé qué haré para poder dormir hoy”, aceptó Rivaldo. Sheva, que hizo tres goles, se ganó un nombre que después bañó en oro en el Milan. Y el Barça tardó un buen tiempo en reponerse.
2013. Bayern, 4 - Barcelona, 0. Semifinales de la Copa de Europa
Con Guardiola exiliado, Tito Vilanova cogió las riendas del Barça pero su débil salud –que le hizo apartarse del equipo durante un tiempo- mermó el ánimo de un equipo que no dio pie con bola frente a los hombres de Juup Heynckes, por más que luego consiguiera celebrar la Liga de los 100 puntos. Pero esa noche en Alemania sufrieron un 4 a 0 que desnortó al equipo y que nada pudo hacer para recomponerse, batido también en la vuelta por otros tres goles.
Robben y Ribéry por los costados, Javi Martínez y Schweinsteiger en el centro del campo, y Boateng y Dante desde el eje de la defensa dieron todo un repaso al Barça, que contaba con sus artistas principales (Valdés, Piqué, Xavi, Iniesta, Messi…), pero que con su fútbol de posesión se quedó en pases horizontales y apenas dinamita en el área rival.
Este Barça, que ya cayó ante el City (3-1) y que recibió también cuatro tantos del Celta (4-3), que tampoco pudo con el Madrid –ni con el Betis, Alavés, Málaga y Real Sociedad- en la Liga, ya había dado síntomas de decaimiento. Anoche se certificó. Aunque no es la primera ocasión que se estrella con horror en Europa. Pero sí que sería una novedad que pudiera darle la vuelta a un batacazo similar. Así, por primera vez desde 2007, cuando se midió al Liverpool, el Barcelona podría caer en los octavos de final.
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