Gerard Moreno despierta al Espanyol
El delantero catalán sella el triunfo del conjunto blanquiazul ante el Alavés en Vitoria
Le cuesta un Perú al Espanyol gritar un gol. Antes de su visita a Vitoria, el cuadro blanquiazul había marcado cuatro goles en las últimas seis jornadas, tres de ellos en la remontada ante el Eibar. Un problema que Quique Sánchez Flores bautizó como un “letargo de goles”. Y para funcionar de despertador, nadie mejor que Gerard Moreno, máximo artillero del conjunto de Quique (5), también goleador ante el Alavés. El delantero borró rápido de su memoria el penalti fallado y con un testarazo selló el triunfo en Vitoria, frente a un Alavés más cuidadoso que agresivo.
Tiene el Alavés una idea de juego clara, sostenida a partir del orden en la retaguardia, con el fútbol a merced de los botines de Camarasa y Llorente y el desequilibrio a cargo de Theo y Deyverson. Pellegrino tenía un plan: dividió la Liga en tres, las primeras 12 jornadas fueron a prueba y error, casi sin prestarle atención a la clasificación para fortalecer un proyecto que contaba con 17 futbolistas nuevos. Ahora, el cuadro de Vitoria ya sabe lo que tiene que hacer, aunque quizás se entrega demasiado a la prudencia. Un pecado que penaliza en casa donde solo ha cosechado una sola victoria.
Y mientras Pellegrino quiere terminar de darle forma a su idea, Sánchez Flores continúa en la búsqueda de un equipo y de goles. Va cambiando el técnico madrileño, que todavía no repitió un once en la Liga. Ante el Alavés, a juzgar por su alineación, intentó dar un paso adelante. Mezcló a dos tipos de pie fino, como Jurado y Reyes, encargados de explotar a los tres ligeritos en ataque: Piatti, Hernán Pérez y Gerard Moreno. Un plan de arranque cautivo porque el balón ni se asomaba por las botas de los blanquiazules.
Aunque sin profundidad, el Alavés era el adueñó del cuero de entrada. El Espanyol dejaba que los centrales del conjunto de Vitoria, Alexis y Feddal, condujeran el balón hasta la medular. Los muchachos de Quique, bien plantados, se encargaban de tapar las líneas de pase para que la pelota no llegara limpia a Camarasa y Llorente, casi siempre purificadores del fútbol en el Alavés, este domingo desconectados ante el Espanyol. Con la afición petrificada (la hinchada local no cantó hasta el minuto 12, símbolo de protesta por el trato recibido por la Policía Nacional en el desplazamiento a El Sadar) y con el balón que no se movía de la medular, el partido parecía congelado.
Lo derritió un tremendo bombazo de Reyes que se estrelló en el travesaño. El andaluz le filtró un pase a Gerard Moreno y Alexis, que se jugó la expulsión, derribó al delantero a un palmo de la medialuna. Nadie dudó en el conjunto de Quique que el tiro libre lo tenía que tirar Reyes. Pero el larguero le atragantó el gol al extremo blanquiazul. Ocurrió, en cualquier caso, que apareció Reyes y espabiló a Jurado. Y, a partir de entonces, cambiaron los roles. Fue el Alavés el equipo que se quedó a la expectativa de una contra para sorprender a Diego López, impasible bajo el larguero ante un remate manso de chilena de Camarasa y un cabezazo de Deyverson, que le apuntó a su cuerpo.
Cuando el partido se empezaba a poner interesante, se cerró el telón del primer acto y a la vuelta de los vestidores la pelota volvió a la nevera. Solo un error podía matar el cero del tablero. Casi quedó señalado Reyes, que perdió una pelota tonta y el remate de Deyverson terminó en la red. Por suerte para Reyes y para el Espanyol, el delantero brasileño estaba en fuera de juego por un pelo. Error por error, en el área de Pacheco, a Alexis se le dio por frenar con la mano el disparo de Jurado. Pero el Pacheco se agrandó ante un dubitativo Gerard Moreno y le tapó el penalti.
El fallo de Moreno no apagó al Espanyol, mucho menos al delantero catalán. Insistió el equipo de Quique, siempre cómodo a domicilio, y Gerard tuvo su revancha. El córner de Piatti encontró la cabeza del 7, que mandó los tres puntos para Cornellà. El tercer triunfo en lo que va en la Liga, todos de visitante. Apareció el cuadro blanquiazul sobre el final, siempre pendiente de Gerard Moreno, el único que puede despertar el letargo de goles del Espanyol.
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