Una calle para Cruyff
Vallfogona de Riucorb, un pueblo de 96 habitantes, honra el recuerdo del holandés
Vallfogona de Riucorb es un pueblo de la Conca de Barberà (Tarragona), limítrofe con las de la Segarra y el Urgell, donde según el último censo viven 96 vecinos. Con una superficie de 10,95 km2, ha terminado la cosecha de cereal, campos de puro secano, y que hasta ayer era conocida gracias a Vicent García, que fue su rector entre 1579 y 1623, un tipo locuaz que fue clérigo de fama. Por culpa de la cuadrilla de su alcalde, Francesc Llobet, conocido en el pueblo como el Panxa, a partir del próximo viernes va a entrar en el mapa del culto a Johan Cruyff al convertirse en el primer municipio español en dedicar una calle a la memoria del mito holandés.
La culpa de todo, seguramente, la tiene el Dream Team, los aires de libertad con los que vivió la cuadrilla del pueblo los años 90 y la fiesta que montó hace unos meses Albert, el Padi, para celebrar que había comprado la casa familiar en la calle dels Templers, en el pueblo. Por supuesto, aquel día invitó al Pega, al Kiko, al Pope y al Pep del Belltall. Y al Pep de Tornabous, que es de la Real Sociedad, pero siempre se sumó a un bombardeo si había fiestón y viajó con ellos siguiendo al Dream Team por Burgos, Pamplona, Bilbao, Oviedo, Valencia o Castellón, en el Golf GTD del Panxa, dando rienda suelta a su juventud culer.
Johan nos dio tanto que es lo menos que podíamos hacer ”, dice Francesc Llobet el alcalde
“A mí lo que de verdad me haría ilusión es vivir en la calle Johan Cruyff, que queréis que os diga”, se le escuchó decir al Podi aquella noche. “No hay cojones. ¿Le dedicamos una calle a Johan en el pueblo?”, se retaron los colegas, en la fiesta. Y de la locura en la casa del Templers, al pleno del Ayuntamiento. Y del pleno, a la placa que el viernes de la próxima semana descubrirán en la calle de las piscinas, la del polideportivo, allí donde el campo de fútbol sin partidos oficiales, porque como en Vilabella (Alt Camp), un pueblo tan cruyfista como el de Vallfogona, también se ha quedado este año sin equipo.
“Primero pedimos permiso a la familia", explica Llobet. Se lo dieron y llegó una reacción en cadena: “Flipamos cuando nos dijeron que sí, claro. Y en seguida, iniciamos las gestiones oficiales. Lo aprobó el pleno, tramitamos los permisos y hasta aquí. Para nosotros Johan Cruyff trasciende lo futbolístico”, sostiene. Los actos oficiales empiezan el viernes a las 12.30. A las 13.00 se proyectará un vídeo sobre la carrera del holandés y posteriormente el Ayuntamiento ofrecerá a los asistentes un pequeño tentempié. Se espera la asistencia de familiares, de Laporta, de exjugadores y de amigos. Acto seguido, una actuación musical a cargo del cuarteto musical Fustini cerrará los festejos. “Igual viene Rosell”, se ríe el alcalde. “Todos serán bienvenidos”, remacha.
La familia de Johan está más que contenta de que sea un pueblo de Tarragona —“conocía la zona, le encantaban los calçots”, dicen— y de una manera tan sentida, tan poco pretenciosa, la primera que se acuerde de él. “Nos ha dado tanto que es lo menos que podíamos hacer por Johan”, afirma el de Cal Panxa, el alcalde.
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