La Roja levanta el ánimo de Bartra
Mientras decide sobre su futuro lejos de Camp Nou, el central adelanta su llegada a la selección, donde recibe el calor que no encontró en Luis Enrique
“Lo suyo tiene mérito, que no haya tirado la toalla es digno de elogio”, aseguró una mañana Luis Enrique al hablar de Marc Bartra, al que le ha amargado el curso dejándole un día en la grada y al siguiente en el banquillo. Dicen que el central aprendió hace años a superar la ansiedad antes de los partidos concentrándose en la llama de una vela. La debe tener intacta, de lo poco que ha jugado este curso. Pero puede que esas horas de aprendizaje mental le permitan un día perdonarle al técnico asturiano tanta amargura y al echar la vista atrás recuerde que este año fue padre y que ganó dos títulos con el Barcelona. Y que Del Bosque le llevó a la Eurocopa. Lo de Bartra han sido más lágrimas que sonrisas. Tiene la maleta lista para marcharse de esa casa en la que siempre quiso triunfar y difícilmente podrá.
Otro se hubiera largado del Barcelona hace dos años, cuando le vinieron a buscar de Inglaterra y Màgic Díaz, entonces su representante, le puso un contrato sobre la mesa que duplicaba aquel por el que jugaba en el Barcelona. Fue después de jugar 30 partidos con Martino, 24 de titular, en una temporada solo manchada por el gol de Bale en la final de Copa. “El gol fue culpa de Pinto, que le esperó dentro de la portería, pero se señalará siempre a Marc”, reconocen pesos pesados del vestuario. Y si no se fue es porque “es demasiado culé”, aseguran en su entorno los mismos que ahora maldicen aquella decisión.
Ha jugado tan poco este curso que su cláusula de rescisión ha bajado a la mitad, hasta los 12 millones de euros
A partir de ahí, un maltraer. Cada vez jugó menos desde la llegada de Luis Enrique, que le ha condenado este curso: ha jugado en 24 partidos, solo 10 de titular. “Es que no le gusta, simplemente eso”, dicen en la ciudad deportiva para justificar sus pocos minutos. La maleta, llena de razones, triste la celebración en la fiesta por el doblete que olía a pura despedida tras ver la final de la Liga desde la grada. Acaba contrato al final de la próxima temporada y, por su falta de minutos sobre el campo, su libertad ha bajado hasta los 12 millones de euros (cuando renovó, en 2014, la cláusula de rescisión se fijó en 23). Por la mitad de esos 12 lo venderían. Se habla de que puede acabar en el Valencia. O en Inglaterra, pero esta vez le busca equipo Iván de la Peña, porque dejó a su mánager de toda la vida a mitad de curso. Nadie sabe muy bien las razones.
Marca Bartra ha sido noticia antes por su disfraz de gorila en Getafe, aquella penosa noche de carnaval, cuando los futbolistas del Barça hicieron la conga en la sala de prensa del Alfonso Pérez, que sobre el césped. Solo le ha quedado el consuelo de la selección y a ella se aferra como un clavo ardiendo hasta el punto de que ayer llegó a Schruns firmando autógrafos. “La confianza de Del Bosque le ha salvado anímicamente”, dicen los que le conocen. “Aquí está a gusto”, reconocen los empleados federativos. “Siempre que ha venido lo ha hecho bien, nos da siempre más de lo que le pedimos”, justificaba Paco Grande, la mano derecha del seleccionador, al llegar al pueblecito austriaco donde por la tarde realizó el primer entrenamiento.
Al de Sant Jaume dels Domenys se le esperaba el sábado, como al resto de los jugadores del Barça convocados por Del Bosque para la Eurocopa, pero anticipó su incorporación al grupo. Llegó el miércoles a las ocho de la tarde a Las Rozas y ayer se subió al avión con el equipo. “Cuando dimos la lista nos llamó y nos pidió venir antes”, explican en la federación, donde se valora su compromiso y se le pone de ejemplo. “Es muy bueno, por eso viene. No ha jugado mucho con su equipo, pero valoramos su rapidez, su conducción de balón, que va bien de cabeza, y que le hemos visto bien cuando ha jugado con su equipo, señal de que está en forma”, añade Grande. “También nos gusta su ánimo, es ejemplar en eso. Es un gran chaval que contagia cosas positivas”, suele decir Del Bosque. “Y buen futbolista”, resume el seleccionador. El buen ánimo con La Roja mata las pesadillas de un año para olvidar. Con el tiempo y su buen ánimo, la paternidad, los títulos y la Eurocopa le harán olvidar a Luis Enrique.
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