Tres alpinistas españoles, muertos en Kirguistán
Las víctimas, de entre 18 y 24 años, formaban parte de una expedición catalana y les sorprendió un alud en un pico de 4.620 metros en Asia Central
Tres alpinistas españoles, uno de 18 años y los otros dos de 24 años, fallecieron el domingo durante una expedición al Kirguizistán, en Asia central. Se trata de Jos Cotrina, de 24 años, vecino de Ripoll y miembro del Grup excursionista y deportivo de Girona (GEiEG), Alex Vicedo, de 24 años, vecino de Ontinyent y miembro de la Asociación Deportiva Pallars, y Pol Rodríguez, de 18 años, vecino de Tarragona y miembro de la Agrupació Catalana Colldejou de Promoció Excursionista.
Los fallecidos formaban parte de un grupo de diez aficionados al alpinismo coordinado por la Federación de Entitades Excursionistas de Catalunya (FEEC). La expedición, guiada por el director del Centro de Tecnificación de Alpinismo de Cataluña (CTAC), Toti Valés, partió de Barcelona con rumbo a la capital del Kirguizistán (Biskek) con la previsión de regresar el 15 de julio.
El responsable técnico del CTAC, Elies Coll, declaró en una rueda de prensa convocada esta mañana que recibió una llamada de Valés a las 18:45 para informarle del accidente. “Sólo pudo informarme de los tres fallecidos y de que el resto de alpinistas estaban bien”, detalló. Junto a él, el presidente de la FEEC, Jordi Merino, explicó que justo después de conocer la noticia comenzaron los trámites con la embajada española en Kirguizistán para repatriar los cuerpos.
Según las primeras informaciones, Coll explicó que el primer día de ascensión la expedición se dividió en diferentes cordadas, alejadas unas de otras para no crear peligro, con el fin de buscar sus propios objetivos: “En terrenos alpinos hay que gestionar los riesgos. Por ello, se organizan en distintos grupos a distancias considerables, de forma que la ascensión de uno no interfiera o dificulte la del otro grupo”. Una de estas cordadas era la de los tres fallecidos. “En esta primera ascensión se vieron sorprendidos por un alud que los arrancó de la pared”, explicó. El resto de alpinistas posiblemente no fueron conscientes de lo ocurrido hasta que descendieron y comprobaron que sus tres compañeros no estaban, pero Coll no quiso adelantar nada: “No sabemos cómo fue la recuperación de los cuerpos”. Las tres víctimas estaban escalando una pared del pico de A'Ak-Too, de más de 4.600 metros, en el parque natural d'Ala-Archa.
Este parque llevaba mucho tiempo cerrado al público, pero se había vuelto a abrir para el disfrute de los alpinistas. “Cuenta con paredes muy atractivas para los escaladores”, dijo Coll.
Coll reconoció que uno de los objetivos que más ilusión le hacía a esta expedición era el de abrir una nueva ruta en esta montaña, pero desconoce si los tres jóvenes siguieron una ruta ya marcada o intentaron probar suerte. Ante las cuestiones sobre la experiencia de los alpinistas, el responsable quiso recalcar que “tenían una amplia experiencia, y que se apuntaron al centro para acabar de consolidar los conocimientos que ya poseían”. Los tres fallecidos realizaban un curso de formación de dos años ofertado por el CTAC con un proceso de selección muy riguroso. “Se deben pasar unas pruebas técnicas y disponer de un currículum con amplia experiencia en montaña”, añadió. Una vez seleccionados, los alpinistas reciben formación específica en las diferentes modalidades del alpinismo (en hielo, en roca…), además de técnicas de autorescate, y apoyo psicológico. “Donamos pautas y asentamos técnicas. Ampliamos la experiencia que ya tienen”, concluyó.
El CTAC se creó en 2002 con el propósito de crear un equipo catalán de alto nivel y de formar a jóvenes alpinistas. Este centro realiza concentraciones mensuales de fines de semana y expediciones anuales de entre dos semanas o un mes de duración, como fue el caso del grupo accidentado, por la geografía española e internacional para practicar en diversos terrenos. Su objetivo principal es el de ayudar a que sus miembros desarrollen al máximo sus capacidades en la montaña, pero siempre existe el riesgo de poder sufrir un accidente de estas características. “Es muy difícil predecir la caída de rocas o un cambio brusco en las temperaturas”, declaró Coll.
Los responsables del CTAC están a la espera de la traducción de los documentos pertinentes (en ruso) para comenzar los trámites de repatriación de los cuerpos, que esperan “sean devueltos a sus familiares lo más pronto posible”, concluyó Merino.
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