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Corinthians gana su primera Copa Libertadores de América

El equipo derrota 2-0 en São Paulo al Boca Juniors, con el que empató 1-1 en Buenos Aires

Alejandro Rebossio
Alessandro levanta el trofeo de campeón.
Alessandro levanta el trofeo de campeón.ANTONIO LACERDA (EFE)

Unos 30 millones de brasileños están felices. El segundo club más popular del país más veces campeón del mundo de fútbol ha ganado ayer su primera Copa Libertadores de América. Ya la habían obtenido Santos, Cruzeiro; Flamengo, con su torcida, la más grande de Brasil; Grêmio, São Paulo, Vasco da Gama; Palmeiras, uno de los dos equipos paulistas que más público arrastra, e Internacional, de Porto Alegre. Era hora de que le tocara el turno al otro gran equipo de São Paulo, el Corinthians. Con dos goles de su máximo ídolo del momento, el veloz atacante Emerson, venció 2 a 0 a Boca Juniors ante un estadio Pacaembu abarrotado de público y fuegos artificiales.

El Timão (timón), el primer club brasileño que se abrió a los jugadores pobres y el segundo que aceptó a los negros, el equipo del extornero metalúrgico y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, ganó de la mano del orden y la disciplina de un entrenador de estilo poco brasileño como Tite. Sin las estrellas de años recientes como Ronaldo, Roberto Carlos, Carlos Tévez, Freddy Rincón o Vampeta, Tite ganó el año pasado la liga brasileña y ayer dejó a Boca con las ganas de obtener su séptima Libertadores e igualar así la marca histórica de otro equipo argentino, Independiente.

El xeneixe había llegado hasta la final gracias a algunas ráfagas del buen fútbol que tiene en sus pies Juan Román Riquelme los días en que se enchufa. Esos días pareciera que es Riquelme el hombre que necesitaría la selección argentina para acompañar a Lionel Messi. Pero Román a sus 34 años no siempre se luce y eso ha sido lo que ocurrió en las dos finales de la Libertadores, la primera, hace una semana, con el 1-1 en Buenos Aires, y la segunda, ayer, en el Pacaembu.

Al inicio del partido de anoche, los de Tite dejaron que, al igual que en Argentina, los de Julio Falcioni se vinieran encima. Pero los boquenses esta vez no dañaron en ningún momento la sólida defensa integrada por Alessandro, el omnipresente Chicao, Leandro Castán y Fabio Santos. Con el destacado portero Cassio completaron un cerrojo difícil de penetrar durante toda la copa. Le marcaron solo cuatro goles en 14 partidos.

Con un planteamiento que busca prescindir de los atacantes puros, Ralf, Paulinho, Danilo y Alex integraron un medio campo que ayer dominaba el balón sin crear demasiado peligro durante el primer tiempo. Arriba se apostaron Jorge Henrique y el imprescindible Emerson. Tite ha mostrado firmeza cuando dejó en el banquillo a otras estrellas como el delantero brasileño nacionalizado portugués Liédson o al centrocampista Douglas. La disciplina del entrenador también rige en el vestuario.

Ante un Boca que no sabía cómo atacar, el Corinthians buscó la victoria en los segundos 45 minutos. No le fue díficil. Después de un tacón de Danilo, Emerson quedó perfectamente habilitado para derrotar al portero uruguayo Sosa, que había reemplazado al lesionado Orión en la primera etapa. Los xeneixes no reaccionaron ni con los balonazos que buscaban al atacante uruguayo Silva. Por cierto, unos pelotazos que hacían olvidar que Riquelme estaba en el medio del campo. Y así fue que el veterano defensa Schiavi hizo un horrible pase a su compañero Caruzzo que acabó interceptado por el rápido y contundente Emerson, que marcó cuatro goles en la Libertadores.

“Una nación con 30 más de millones de locos”, decía una bandera gigante que cubría toda una tribuna del estadio. El equipo donde alguna vez brillaron Sócrates -el que con otros compañeros de plantilla impusieron la Democracia Corinthiana para que los jugadores, y no los dirigentes, gobernaran el club-, Rivellino, Marcelinho Carioca, Edilson y Viola esta vez ha conseguido lo que nunca en su historia. Una vez, en 2000, había alcanzado la Copa Mundial de Clubes, pero esta Champions League sudamericana también se festeja mucho. En el camino ganó su grupo, frente al Cruz Azul mexicano, el Nacional paraguayo y el venezolano Deportivo Táchira. Después eliminó al ecuatoriano Emelec, con un 3-0 en casa; al Vasco da Gama, con un 1-0 en tierra paulista, y al que era el último campeón de la Libertadores, el Santos de Neymar, con un 0-1 de Emerson.

En Buenos Aires tuvo que saltar al campo Romarinho, efectivo para empatar con Boca al final del partido. Ayer fue la fiesta de Emerson, un futbolista de 33 años que ha recorrido el mundo y que en 2008, cuando jugaba en Catar, adoptó la nacionalidad de ese país para jugar las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica. Lo llaman el Sheik y anoche se coronó en el pueblo corinthiano. En diciembre en el Mundial de Clubes tendrá que batir al Chelsea.

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