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“Desperdicié mis ocasiones”

Federer entrega el partido a Nole con 46 errores no forzados

Juan José Mateo
Djokovic celebra su triunfo ante Federer.
Djokovic celebra su triunfo ante Federer.THOMAS COEX (AFP)

Está el viento, que revuelve su melena; están las pelotas lentas, “pesadas como rocas”, como las describió el británico Andy Murray, y está el día húmedo y lluvioso que todo lo frena, incluido el juego. Está el serbio Novak Djokovic, el número uno del tenis mundial, que busca ser el primer hombre en ganar seguidos cuatro torneos del Grand Slam desde que el australiano Rod Laver lo consiguiera en 1969.

Todo eso está en contra del suizo Roger Federer, campeón de 16 grandes, uno que prefiere desplegar su jugo al sol, con cielos despejados y brisas apacibles y que se pone él mismo la zancadilla: el ex número uno desaprovecha una rotura de ventaja en la primera manga y tres en la segunda, por la que llega a sacar; firma 46 errores no forzados por tan solo 16 de su contrario, y, en consecuencia, irremisiblemente, es el peso inclemente de los datos estadísticos, se inclina en apenas tres sets por 6-4, 7-5 y 6-3.

“Desperdicié mis oportunidades”, admite luego el número tres, abierto a la sonrisa, sin una negra nube sobre la cabeza, dispuesto a contestar cualquier pregunta pese al batacazo. “No estaba físicamente en la mejor forma”, añade Federer sobre sus movimientos, siempre un punto lentos, siempre demasiado atados a su privilegiado brazo, siempre un milímetro hipotecados por esas piernas que no le llevan hasta donde necesita. “Novak jugó bien bajo unas condiciones difíciles y yo no fui capaz de sostener un nivel de juego lo suficientemente sólido”, se despide del torneo.

Novak jugó bien bajo unas condiciones difíciles y yo no fui capaz de sostener un nivel de juego lo suficientemente sólido”, dijo Federer

Federer franquea el paso a Novak Djokovic, clasificado para la primera final de su vida en Roland Garros sin hacer otra cosa que apelar a la consistencia y sus grandes defensas: “Para mí, es un sueño. Nadal está a un nivel impresionante y es el favorito”, dijo luego el número uno del tenis.

La derrota del suizo deja una ristra de datos preocupantes para un tenista de su alcurnia. Aunque en esta gira de tierra Federer ganó en la arcilla azul de Madrid y cayó en las semifinales de Roma, son ya más de dos años sin ganar un grande (desde el Abierto de Australia de 2010) y uno sin disputar una final de esa altura (Roland Garros 2011).

El número tres, en cualquier caso, vuelve ahora a su paraíso. En un par de días, el tenis huele a hierba. A la vuelta de la esquina, Wimbledon, donde ha ganado seis veces, la última en 2009, y los Juegos Olímpicos de Londres decidirán el sitio que ocupa Federer en 2012.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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