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El Sevilla quiere fiesta

El conjunto de Míchel se acerca a los puestos europeos al derrotar a un Granada valiente, pero al que le falta consistencia

Rafael Pineda

Pasito a pasito, con tiento y quizás algo de retraso, da la impresión de que Míchel va cogiendo el aire al Sevilla. El equipo ya no se construye solo y exclusivamente en torno a Navas y la suplencia de Kanouté da alas a elementos secundarios que se reivindican, caso de Manu del Moral o Trochowski. Si además los toques de atención sirven para que Reyes se espabile, el Sevilla se vuelve más competitivo y tiene posibilidades de subirse al tren europeo. Ante el Granada, que aceptó la propuesta del intercambio de golpes que le propuso Míchel, demostró que quiere apuntarse a la fiesta internacional.

GRANADA, 0 - SEVILLA, 3

Granada: Roberto; Nyom, Íñigo López, Borja, Siqueira (Geijo, m. 71); Abel, Mikel Rico; Jara (Ighalo, m. 57), Henrique, Dani Benítez; y Uche. No utilizados: Julio César; Cortés, Pamarot, Lucena y Mainz.

Sevilla: Palop; Coke, Fazio, Escudé, Fernando Navarro (Luna, m. 66); Navas, Medel, Trochowski, Reyes (Rakitic, m. 62); Manu del Moral y Negredo (Kanouté, m. 86). No utilizados: Varas; Cala, De Mul y Babá.

Goles: 0-1. M. 38. Negredo, a pase de Reyes. 0-2. M. 53. Manu del Moral, dentro del área. 0-3. M. 93. Manu del Moral, a placer.

Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Borja, Manu del Moral, Dani Benítez, Jara, Fernando Navarro, Coke, Nyom y Medel.

Los Cármenes: unos 20.000 espectadores.

El equipo de Abel, un grupo de buen toque, de frágil defensa pero con elementos desequilibrantes, planteó el partido de forma valiente, tuteando a un rival con más calidad del centro del campo en adelante y al que creó numerosas ocasiones de gol. Quizás mereciera algo más, pero a su fútbol atrevido le hace falta más consistencia.

El encuentro, de ida y vuelta, se convirtió en un fulgurante intercambio de golpes. Negredo, Navas y Reyes estuvieron cerca de marcar en un inicio vertiginoso. Roberto, que volvía a la portería, mostró una agilidad felina para desbaratar los intentos del Sevilla. Sin anotar, los de Míchel sufren porque su prestancia en el ataque no encuentra respuesta en su defensa, en especial en la banda derecha, en la que Dani Benítez, incansable, halló una autopista ante la fragilidad de Coke.

En el turno del Granada fue Palop el que salvó al Sevilla en dos acciones de gran calidad ante Uche. Pero, entre tanto trasiego, el equipo local se olvidó de presionar a Reyes en un balón que este controló en el centro del campo. El utrerano abandonó la banda sin que Jara se percatase de ello. Proporcionar a Reyes dos segundos en esa posición es sinónimo de suicidio. Su pase entre los centrales lo controló de forma orientada con el tacón Negredo, quien superó a Roberto en su salida con un preciso toque.

El Granada siguió a lo suyo en una apuesta tan agradable como tierna. A medida que Uche fallaba goles, con Palop estelar, los espacios se abrían a las internadas de Navas y compañía. Negredo asistió a Manu del Moral y el máximo goleador del Sevilla sentenció el partido. En el tramo final, el Granada se hundió y pudo recibir una goleada con una preciosa vaselina de Negredo al larguero incluida. Tanto descaro acabó por hacerle perder cualquier tensión defensiva, clave en una situación tan delicada.

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