El futuro se hace pensativo
Una fascinante exposición de arte, ficción y ciencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona zarandea el presente y explora las líneas de fuga de nuestra especie
Érase una mujer promedio, un hombre menguante y un canario rojo. También un ser que oscila entre el robot y lo poshumano que ya es o que está en ciernes, una prótesis renacentista, Ícaro cayendo, un viejo (o joven) de 200 años, una fábrica de recambios corporales, un asistente para ayudar a morir, una muñeca semiviva y quitapenas, un dispositivo empático, una tercera oreja, un Centro de Historia Postnatural, un cuerpo do it yourself para pobres y algo, quizá, distinto para ricos, una máquina orgasmática, una utopía localizada, un incansable robot que mece o que se enfada, un estómago intervenido para un mundo sin recursos, un futuro más o menos distópico, un acostumbrarse a vivir online con los que murieron, un ser humano distinto claro, un por venir a imaginar. Algo que compense a los cuerpos enfermos pero también a los inconformes.
Habituados hoy a la ficción ilimitada en la pantalla, quizá a pocos sorprenda este listado de seres, realidades e ideas que, junto a otras pioneras propuestas de investigación, experimentos y artefactos artísticos y comerciales, se dan cita en +Humanos. Una fascinante exposición donde arte, ficción y ciencia zarandean presente e imaginación haciendo pensativo nuestro futuro y el dinamismo de lo que consideramos humano. Humanos que, si recordamos a McLuhan, tal vez lo sean porque crean tecnología que les permite crear y crearse, pero que, en todo caso, ya no son lo que eran.
'+Humanos' apuesta por la creatividad y el conocimiento comprometido con la contemporaneidad
Este proyecto presentado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona apuesta por la creatividad y el conocimiento comprometido con la contemporaneidad. Incluso cuando ésta reclama habitar el futuro, porque los mundos de ahora van tan rápido que el presente se evapora rápidamente en el gerundio.
Con la iniciativa Beta en la que se enmarca +Humanos, el CCCB ha sabido valorar la urgencia de un espacio que permita el diálogo entre arte y ciencia, pero que los sobrepasa con ideas que dejan fluir la cultura sin ahogarla. Hacerlo superando la idea de contexto expositivo hacia un centro productor de conocimiento, sin esos temores de las viejas instituciones académicas que se empeñan en envejecer más pronto y mirarse siempre hacia atrás, dejando de lado el papel de la imaginación.
+Humanos explora líneas de fuga del futuro de nuestra especie, la posibilidad de vivir más, más rápido, mejor (o no), arrastrando y enfrentando tristeza, ansiedad, enfermedad, cansancio y desigualdad, con nunca suficientes dosis de tecnología. Cierto que en principio la muestra pareciera acaparadora en sus temáticas y temiéramos diluir en el exceso su potencia, pero está impecablemente articulada. Y ¿acaso el futuro no nos engulle en su brutal divergencia?
Esta muestra es un entramado al que volver varias veces; un nodo que interpela a mantener la curiosidad y convertirla en tiempo de pregunta posterior, propositivo, sobre las ideas que sugiere y acota bajo los cuatro ejes temáticos que organizan la propuesta: Capacidades aumentadas, Encuentro con otros, Diseñando el entorno y La vida en sus límites.
A quienes hayan seguido la actualidad de la práctica artística comprometida con la ciencia y la tecnología en las últimas décadas, +Humanos podrá recordar a net.condition (1999-2000), que especulaba sobre la potencia de Internet para la vida, sugiriendo obras que podrían haber sido preliminares de algunas de las que aquí se presentan. Obras, por ejemplo, sobre cómo relacionarnos en la distancia (material, sexualmente) materializadas antes en proyectos como FuckU-FuckMe de Shulgin y ahora en Teledildónica de Kiiroo. O las mil preguntas por las identidades y el futuro online entonces, y ahora: La máquina para ser otro, el Casco desacelerador.
Sin olvidar que la pregunta por lo que hoy consideramos humano y sus tendencias superan aquí la mera deriva tecnológica, morfológica y funcional y transitan sus aspectos más críticos, también éticos y en ocasiones políticos sobre la vida y los cuerpos. Porque si hubo un tiempo en que los cuerpos perfectos se representaban y los imperfectos se presentaban exhibiéndolos en la medicina o el circo, hoy todos se modifican, implementan, buscan mejorarse, cambiar, no morir o encontrar alivio, pero la economía y el poder les suministran desigualmente pantallas para soñar o medicamentos, recursos, prótesis y bisturí.
+Humanos hace convivir distintas formas de creatividad sin domesticarlas y resulta un proyecto indudablemente estimulante e incluso diría subversivo, no porque inquiete, sino por algo más interesante: porque hace el futuro pensativo.
+Humanos. El futuro de nuestra especie. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Hasta el 10 de abril.
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