'The Wrong Mans' y 'London Irish': dúo de humor británico
La producción de series en Gran Bretaña vive un momento álgido. Y no solo en lo que a dramas se refiere. En los últimos meses, varias comedias británicas han llamado la atención de crítica y público. Hoy nos quedamos con dos ejemplos de comedias muy diferentes entre sí pero que combinan a la perfección para hacerse un pack de humor británico muy recomendable: The Wrong Mans y London Irish.
The Wrong Mans
Un accidente en la carretera. Un móvil que suena constantemente. Al oficinista Sam Pinkett no se le ocurre nada mejor que contestar esa llamada. Mal hecho. A partir de ahí, se convertirá en protagonista de una conspiración criminal que no tiene ninguna relación con él y que se va enredando cada vez más por culpa de la torpeza y las malas ocurrencias suyas y de su compañero de aventuras, un repartidor que trabaja en su mismo edificio pero con el que no le unía casi nada. Los protagonistas de The Wrong Mans ven cómo, sin comerlo ni beberlo, sus anodinas vidas dan un repentino giro de 180 grados y no tendrán un momento de respiro en las siguientes y trepidantes horas.
BBC Two emitió en octubre los seis capítulos de esta entretenidísima mezcla de comedia y thriller que combina acción continua con buenos gags cómicos que rozan el surrealismo y que sacan provecho de las pocas habilidades de estos dos héroes a la fuerza. Una de esas series que es mejor ver sin conocer demasiados detalles de su argumento.
Un humor muy diferente es el que destila London Irish. La serie de Channel 4 echa mano de la comicidad de lo políticamente incorrecto, eso que tan bien se les da por esas tierras. También seis capítulos (de momento seguimos a la espera de noticias sobre una posible segunda temporada) con media hora de comedia incorrecta a más no poder. Cuatro amigos irlandeses residentes en Londres (dos de ellos, hermanos) centran unas historias delirantes que ocurren tras noches de borrachera, con comienzo y final en un pub.
El excéntrico grupo, en el que la sensatez brilla por su ausencia, comparte peripecias entre el alcohol y la resaca posterior en escenas en las que se suceden los gags políticamente incorrectos y los chistes idiomáticos (juegan mucho con los acentos y los rasgos lingüísticos que distinguen a los diferentes acentos de ingleses e irlandeses). La irreverencia y la incorrección (política, cultural y social) por bandera en una serie nada convencional que consigue que te rías de cosas que nunca imaginarías que podrían hacerte gracia. Humor negro, de mal gusto, rozando lo ofensivo... todo vale. Y, de paso, terminas cogiendo cariño a esa panda de descerebrados. Ójala haya más capítulos de London Irish.
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