Los agentes orgullosos
De perseguidores a defensores de la comunidad LGTBI, los cuerpos de seguridad buscan el acercamiento con el colectivo
El 28 de junio de 1969, un grupo de manifestantes se rebeló contra la policía por las constantes redadas que se sucedían en el bar neoyorquino de ambiente gay conocido como Stonewall. Este violento acontecimiento marcó el inicio del movimiento de liberación LGTBI, aunque la comunidad continuó sufriendo represiones policiales en todas partes del mundo. Hoy, 48 años después, departamentos de policía de países occidentales tienden puentes para visibilizar y normalizar la existencia del colectivo, tanto dentro como fuera del cuerpo. “La policía, por ejemplo, es un reflejo de la sociedad donde conviven todo tipo de personas, por supuesto, personas LGTBI”, afirma Iván Martínez, presidente de LGTBIpol, durante la ponencia sobre policía y cuerpos de seguridad del estado, organizada por la Asociación de Abogados Contra los Delitos de Odio, que tuvo lugar el miércoles como parte de la programación de Madrid Summit 2017.
LGTBIpol es una asociación formada por miembros de la policía y los cuerpos de seguridad del estado español creada, hace tan solo seis meses, para defender al colectivo LGTBI. “Es importante que la ciudadanía cambie esa imagen autoritaria y violenta de la policía, que confíen en nosotros, que sepan que estamos de su lado y se atrevan a denunciar”, dice Martínez, policía nacional desde 2010. Según fuentes policiales, solo se denunciaron el 20 por ciento de los 220 incidentes de LGTBIfobia registrados en la Comunidad de Madrid el año pasado. “Desde LGTBIpol entendemos que para ganarnos la confianza de los ciudadanos debe haber un cambio también en nuestra forma de actuar y por eso uno de nuestros ejes de acción es la formación de agentes”, explica el presidente de la asociación policial, una de las más jóvenes de Europa.
En Suecia, sin embargo, el colectivo lleva presente en las fuerzas de seguridad desde hace más de 15 años, “una ardua tarea”, como explica durante el evento Göran Stanton, inspector de policía y fundador de la primera asociación de agentes LGTBI del país sueco: “No fue fácil que nos tomaran en serio pero finalmente lo conseguimos, y como pioneros nos sentimos orgullosos de todo lo que hemos conseguido cambiar”. Para Stanton el respeto y la empatía son imprescindibles en cualquier agente del orden. “Si la policía no se respeta a sí misma ni a sus miembros, ¿cómo vamos a ser capaces de respetar a los ciudadanos?”, añade.
Souad Boumedien, ponente también hoy, no obtuvo ese respeto como policía nacional en Holanda. Su condición de mujer, lesbiana y musulmana convirtieron los primeros años de su carrera como agente en una verdadera pesadilla. “Pensé muchas veces en dejar este trabajo”, cuenta Bouemedien. Y añade: “Hace 20 años no había referentes de mujeres lesbianas en la policía. Todo cambió cuando empecé a conocer a compañeros que estaban en mi misma situación”. Boumedien es hoy sargento de la policía nacional en Ámsterdam y lidera la unidad Pink in Blue, especializada en la inclusión social de la comunidad LGTBI. “La única forma de cambiar las cosas es reconociéndose a uno mismo, y para ello hay que ser valiente”, concluye.
Cuatro policías nacionales subieron al escenario en la Plaza Pedro Zerolo durante el pregón del Worldpride Madrid 2017. Y, por primera vez, una carroza de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado desfilará en la manifestación del 1 de julio.
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