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“Si no sabes cómo responder, actúa con amabilidad”

Traducido a 45 idiomas, ‘Wonder’ ha vendido cinco millones de copias. La autora lanza una versión ilustrada y no descarta seguir la saga. Julia Roberts protagoniza el filme, que se estrena a finales de año

Raquel J. Palacio, ayer en Casa del Libro, en Barcelona.
Raquel J. Palacio, ayer en Casa del Libro, en Barcelona. M. Minocri

Hay quien se inspira en una noticia. La ilustradora de origen colombiano Raquel J. Palacio (Nueva York, 1963) lo hizo en un encuentro fortuito. Una vivencia que convirtió en su debut literario. Wonder (La Campana, en catalán; Nube de Tinta, en castellano) es una novela infantil con ángel, que ha enamorado a cinco millones de lectores en el mundo. Cuenta la historia de August Pullman. Auggie, con una grave deformación facial, que ha sufrido tantas operaciones que jamás ha ido al colegio. Hasta que cumple los diez y empieza la Secundaria.

Palacio firma hoy ejemplares de la obra y su saga, que cuenta la misma historia vista por otros personajes. Ayer participó en un coloquio en Casa del Libro con profesores y alumnos, algunos con el mismo síndrome de Auggie. El departamento de Ensenyament recomienda la lectura de Wonder para trabajar en el aula la diferencia y el acoso escolar.

Pregunta. ¿En qué se inspiró para escribir el libro?

Respuesta. Hace 10 años fui a la heladería con mis dos hijos. De pronto apareció una niña, de unos seis años, con una deformación facial. El pequeño, con tres, rompió a llorar. Mi reacción fue de pánico. Y me fui. Esa actitud me hizo reflexionar sobre el sufrimiento de esa madre, de esa niña y sobre lo mal que había gestionado la situación al no transformarla en una lección para mis hijos. Regresé una hora después, pero ya era tarde. Esa noche empecé a escribir Wonder.

P. ¿Las ha vuelto a ver?

R. Nunca. Y las busqué, pero no eran del barrio. En cualquier caso, lo que fue un gran momento de mi vida quizás para ellas fue lo normal y ni siquiera se acuerdan. Mientras yo lo revivo como si hubiese sucedido a cámara lenta, mi hijo mayor dice que fueron segundos.

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P. ¿Qué les diría a ambas si las reencontrara?

R. Les daría las gracias por ser mi fuente de inspiración.

P. ¿Qué lección deberíamos aprender con Wonder?

R. En cualquier situación, si no sabes cómo responder, actúa con amabilidad. Que sea tu guía. No importa lo que ocurra porque, si lo eres, siempre lo harás correctamente.

P. ¿Usted ha sentido en su piel el rechazo?

R. Claro. Si has crecido, seguro que lo has experimentado. Los momentos en los que no eres amable, en los que no haces lo suficiente, son de los que más te arrepientes. Se necesita valor para ser amable.

P. ¿Qué le dijeron sus hijos al leer el libro?

R. Temía la reacción del mayor, de 15 años, porque vería partes de su vida reflejadas en August. Le encantó. Y me dijo que debería leerse en las aulas, pero que si iba a dar charlas no fuera sobre todo a su colegio. Al menor se lo leí. Fue una experiencia maravillosa ver sus reacciones. Su ansiedad por descubrir por qué cada personaje reaccionaba de una forma u otra. Ahora tiene 13 años. En clase lo han leído. Sus compañeros saben que soy la autora y él lo vive con orgullo, pero también con timidez.

P. ¿Por qué August no es una chica si se inspiró en una niña?

R. Tengo dos chicos. Estoy familiarizada con su universo. Me resultó más fácil.

P. Alfred Hitchcock salía en sus películas. ¿Usted es alguno de los personajes de Wonder?

R. Veronica, la canguro de Jack, el mejor amigo de Auggie, vive mi experiencia en la heladería; pero yo soy Isabel, la madre de August. Mi marido es su padre, Nate. En cualquier caso versiones idealizadas de nosotros (ríe). Y una vieja amiga de infancia me dijo que su hermana Via es como yo en la adolescencia. Nunca lo había pensado.

P. Cinco millones de libros vendidos y ahora lanza la versión para los más pequeños. ¿Cómo ha ido la adaptación del texto y de las ilustraciones?

R. Difícil, porque debía concentrar una historia compleja en 32 páginas. Y adaptarla para niños de tres a seis años. Lo hice en tándem: dibujaba y escribía a la vez.

P. La saga Wonder muestra la misma historia desde la perspectiva de distintos personajes. ¿Ya lo tenía previsto?

R. Para contar una historia con coherencia debes saber por qué cada personaje actúa así. Con Julian, el enemigo, quería que se supiera que lo hace por miedo. No quería que su voz apareciera en Wonder, pero quería que pudiera redimirse. Con Pluto cuento como fue la tierna infancia de August desde el punto de vista de su amigo Christopher y con Charlotte, que sí aparecía en el original, lo quité a sugerencia de mi editor.

P. ¿Qué opina de que se use para hablar del acoso escolar?

R. Nunca lo he visto como una herramienta antibylling, porque creo que va más allá, pero me parece bien. Lo comprendo.

P. La película se estrena a finales de año. ¿Ha participado en el proyecto?

R. Quisieron incluirme porque valoraban mi opinión, pero no escribí el guión. Hay cosas que no compartía. En ocasiones lo cambiaron y en otras no, pero tenían razón. En el casting, por ejemplo, intentaron encontrar a un chico como August. No fue posible. Al final, lo importante es que el actor represente bien a August. Y Jacob Tremblay está genial y el maquillaje ha hecho maravillas.

P. ¿Va a escribir más libros de la saga?

R. Lo había dado por cerrado, pero el viernes, en Milán, los niños me pedían que escribiera sobre otros personajes. Quizás lo haga, pero ahora estoy centrada en mi próxima novela. En cualquier caso, nunca digas nunca jamás.

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