La estatua del dictador en Barcelona, blanco de las protestas
El Ayuntamiento no organizará una vigilancia especial a la figura ecuestre de Franco
La escultura ecuestre decapitada de Franco que desde el lunes se exhibe en Barcelona dentro de la muestra Franco, Victòria, República, Impunitat i Espai urbà, un relato crítico de los símbolos del régimen, se ha convertido en 48 horas en blanco favorito de protestas y burlas contra la dictadura. La polémica comenzó ya hace meses cuando se conoció la muestra que se preparaba en el centro cultural del Born —zona cerohistórica y sentimental del independentismo catalán—, pero desde su instalación en la calle varias personas le han lanzado pintura, tomates o huevos.
La estatua pasó la primera noche al raso con una estelada bajo el brazo y ya en la mañana de ayer, tras amanecer pintada de blanco, alguien colocó durante unos minutos una muñeca hinchable en el regazo del dictador descabezado. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona recordaron ayer que la pieza es patrimonio de la ciudad y, como tal, debe ser preservada. Otras fuentes cercanas al Consistorio precisaron que la Guardia Urbana no organizará un dispositivo especial de vigilancia por el hecho de que se encuentre en la vía pública. La seguridad corresponderá a la empresa contratada para la vigilancia de las exposiciones en el Born Centre de Cultura y Memoria y el número de vigilantes será el mismo que en cualquier otra muestra.
Respecto a su limpieza, el Consistorio actuará “con criterios de proporcionalidad”. Los equipos municipales utilizarán su material de limpieza habitual, pero no se quitarán las pintadas.
La escultura ecuestre de Franco, obra de Josep Viladomat, fue diseñada en 1963 e instalada en el patio de armas del castillo de Montjuïc. En 1985, unos activistas lanzaron contra ella pintura rosa. Días más tarde, fue llevada a una sala del museo militar del mismo espacio. En 2008, fue trasladada a un almacén municipal, donde quedó olvidada hasta que en agosto de 2013 se descubrió que había sido decapitada. Los Mossos d’Esquadra abrieron una investigación, pero ni la cabeza del dictador ha sido hallada desde entonces ni se ha logrado identificar nunca a los autores del asalto.
Junto al Franco a caballo se expone, dentro de la misma muestra, otra escultura, La Victoria, obra de Frederic Marès inaugurada en 1940 para celebrar la entrada de las tropas franquistas en Barcelona el año anterior. No ha sido objeto del menor ataque.
La Fundación Nacional Francisco Franco anunció ayer que denunciará al Ayuntamiento de Barcelona por “permitir” que decapitaran la estatua del dictador en un almacén municipal. Esta entidad acusó, además, a la alcaldesa, Ada Colau de haber permitido que la estatua sea sometida a un “aquelarre bárbaro".
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