Máxima seguridad en torno al juicio por el asesinato de una mujer gitana
El tribunal pide un dispositivo de prevención ante los antecedentes del caso de violencia machista, que empujaron al destierro, alentado por Sinaí Giménez, de la familia del acusado
Los magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra han solicitado un dispositivo especial de seguridad para garantizar la normalidad en el juicio con jurado popular previsto para este martes, en el que se juzgará al acusado de asesinar a su mujer hace ahora dos años.
El tribunal ha valorado los antecedentes del caso y quiere evitar que se reproduzcan posibles altercados como los que ya habían empujado al destierro a la familia del acusado ante el temor a posibles represalias por parte de los familiares de la víctima que pertenecen a un conocido clan gitano de Pontevedra. En su día, buena parte de los Cortiñas, la gran mayoría radicados en la ciudad de Lugo, decidieron poner tierra de por medio después de las advertencias lanzadas a través de un comunicado de prensa de una asociación gitana cuyo líder era el príncipe Sinaí Giménez Jiménez, hijo de Olegario Giménez, alias Morón, conocido como rey de la etnia en el sur de Galicia.
Las primeras tensiones surgidas tras el asesinato a navajazos de María Luisa Jiménez, Lupe, obligaron a las autoridades penitenciarias a trasladar de cárcel al detenido que ingresó en otro centro fuera de Galicia. Luego, la familia de José Luis Cortiñas abandonó Lugo porque se sentía amenazada por la de la víctima.
Este crimen de violencia machista presenta el agravante de que la mujer se encontraba embazada en su quinta semana de gestación, además del de parentesco, por lo que el fiscal solicita para el acusado 20 años de prisión por un delito de asesinato y otro de aborto.
También pide la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad durante el tiempo de la condena. El acusado tendrá que indemnizar a su hijo mayor con de 19.172 euros y a los menores con 47.931 euros cada uno por la muerte de su madre.
El matrimonio llevaba 24 años casados y tenían 6 hijos, cinco de ellos menores de edad. Ella había abandonado el domicilio familiar en Lugo para refugiarse en casa de su familia en Vilaboa (Pontevedra). El día del crimen, su marido fue a buscarla aunque ella se opuso a subir al coche, según testigos presenciales.
La reconstrucción de los hechos que hizo la Policía Judicial sitúa el momento del crimen hacia las 6 de la tarde del 25 de febrero de 2014, cuando el matrimonio circulaba por una carretera de A Coruña. Al llegar a un cruce el acusado paro el coche, sacó una navaja y la apuñaló compulsivamente hasta la muerte.
El fiscal no tiene dudas de que el acusado tenía intención de provocar la inviabilidad del feto y como consecuencia del brutal ataque la muerte de la victima fue inmediata tras alcanzar la zona cardíaca dos de las puñaladas.
Los informes forenses dictaminaron que María Luis Jiménez recibió 12 cortes en la región anterior del tórax, 3 en el cuello y 1 en la muñeca. Además de otra herida en el puente de la nariz, fractura de huesos, así como varios hematomas y contusiones en la región frontal del cráneo.
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