El pancatalanismo de Mas indigna a partidos y autonomías limítrofes
"Nos sentimos unánimemente aragoneses y españoles", dice el presidente de Aragón, Javier Lambán
La propuesta de Germà Gordó, consejero de Justicia de Artur Mas, de que un hipotético Estado independiente dé pasaporte catalán y nacionalidad a los ciudadanos de Baleares, Comunidad Valenciana y parte de Aragón y de Francia (los Países Catalanes) ha indignado a las autonomías limítrofes de Cataluña y a los grandes partidos. Javier Lambán y Ximo Puig, presidentes aragonés y valenciano —territorios que observan atentos el proceso soberanista—, calificaron de intolerable e insensato el pancatalanismo de Convergència. PP, PSOE (también el PSC) y Ciudadanos reclamaron a Mas que exija una rectificación.
“La construcción de un Estado no debe hacer olvidar a la nación entera”, dijo el sábado Gordó en la XLVII Universitat Catalana d’Estiu, que se celebra en Prada de Conflent (Francia). A su entender, esa Gran Cataluña incluye “la Cataluña Norte [el Rosselló y parte de la Cerdanya], el País Valenciano, la Franja [toda la zona fronteriza con Aragón] y Baleares”. Las exigencias de rectificación y de reprobación no han tenido éxito. Pero el consejero tampoco ha recibido apoyos.
Estas declaraciones, no matizadas, provocaron ayer la indignación en los Gobiernos aragonés y valenciano, y una reacción algo más tibia del balear. “Esas declaraciones han causado un profundo malestar, tanto en el Gobierno que presido, como entre los ciudadanos de la comunidad, que nos sentimos unánimemente españoles y aragoneses”, dijo Lambán en Zaragoza, antes de añadir. “Es una falta de respeto intolerable; una opinión torpe e irresponsable que, además de infringir la normativa legal básica, juega con la dignidad de una comunidad y con los sentimientos de sus gentes con una prepotencia identitaria —por llamarla de alguna manera— de resonancias históricas muy inquietantes”.
En tono similar, Puig calificó de “absurdas, insensatas, inoportunas y muy irresponsables” las propuestas de Gordó, que agregó, no ayudan al diálogo. “Los independentistas y el Gobierno de Rajoy se retroalimentan en una especie de ruleta rusa a la que están abocando a la sociedad española”, añadió el valenciano.
El rechazo a las declaraciones de Gordó también lo compartieron los partidos catalanes. En las filas socialistas, el líder del PSC, Miquel Iceta, las calificó de “despropósito y barbaridad”. Iceta cree que la postura del consejero representa “una perspectiva casi de ‘les daremos el carné de catalanes si quieren”, lo que el líder del PSC ve como un camino fatal para mantener relaciones con estas comunidades.
La candidata de Ciutadans a las elecciones autonómicas del 27 de septiembre, Inés Arrimadas, añadió que la propuesta de Gordó es incalificable y carente de sensatez. Sin embargo, la portavoz de Ciudadanos (C’s) en la Comunitat Valenciana, Carolina Punset, aprovechó para atacar a Puig, a quien señaló como “la última persona legitimada para criticar el pancantalismo”. Y lo justificó: “Su conseller de Educación ha defendido públicamente la anexión de la Comunidad Valenciana a lo que los independentistas catalanes llaman Països Catalans”.
El PP, por su lado, ha hecho bandera contra el pancatalanismo. El vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Casado, insistió en que el supuesto expansionismo catalán es “un disparate, una absoluta burla a catalanes, valencianos y baleares”. El candidato del PP a presidir la Generalitat, Xavier García Albiol, dijo de la propuesta de la Gran Cataluña: “Cuando se hace una propuesta fruto de la ignorancia y el atrevimiento, muchas veces vale la pena no hacerles caso”.
Las palabras de Gordó no han encontrado apoyo en las filas del soberanismo. El candidato de Junts pel Sí, Raül Romeva, no quiso pronunciarse ayer sobre los comentarios del consejero de Justicia catalán. Argumentó que su candidatura está compuesta por personas de diferentes sensibilidades que comparten el objetivo de la independencia. Aunque ningún partido soberanista rechaza el concepto de los “Països catalans” solo la CUP hace de ello un principio básico. Convergència y ERC sostienen que Baleares y la Comunidad Valenciana deben decidir sin presiones externas el futuro que mejor les convenga.
Mientras, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, evitó entrar en consideraciones, ya que su partido pretende evitar eludir el debate sobre el soberanismo de cara a las elecciones del 27-S. “Que no se envuelvan en banderas los que tienen cuentas en Suiza. Los que se envuelven en esas banderas son los mayores enemigos de la patria (...) Algunos quieren que el debate en Cataluña sea distinto, sobre los països catalans o la inquebrantable unidad de España, pero no nos van a llevar a ese terreno”.
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