El PP asume que puede perder las alcaldías de Badalona y Castelldefels

El 24-M ha sumido al Partido Popular en Cataluña en una de las peores crisis de su historia. Los datos son demoledores: ha perdido 129.101 sufragios (el 5,25% de votos) y 259 concejales (de 474 a 214). La catástrofe de los populares está simbolizada en Barcelona, donde ha pasado de nueve a tres ediles, pero aún puede ser peor. El partido de Alicia Sánchez-Camacho se arriesga a perder las alcaldías de Badalona y Castelldefels al estar a expensas de los pactos que articule la izquierda. Xavier García Albiol dio por hecho ayer que estaré en la oposición. “He ganado pero con toda probabilidad, dentro de 15 días, dejaré de ser alcalde”, dijo en un apunte de facebook.

Albiol aspiraba a arrasar pero ha perdido un edil (pasa de 11 a 10) y se queda lejos de la mayoría absoluta (14 sobre 27). No le sirven ni un pacto con Ciutadans (un edil) ni tampoco con CiU (dos). Por contra, las fuerzas de izquierda suma en total 14 concejales: Badalona en Comú suma 5; PSC, cuatro; ERC, tres e Iniciativa, dos. Tras haber fracasado en 2011 en su intento de desplazar a Albiol —CiU respetó a la lista más votada— la izquierda ya mostró ayer su voluntad de desalojar a un alcalde al que tachan de xenófobo. “Es un pacto de perdedores que van a asaltar la alcaldía”, dijo el alcalde irritado.

Algo parecido le ocurre a Manu Reyes, en Castelldefels, que está a la expectativa: “Tendremos que ver si es posible lograr un pacto o si finalmente el resto de fuerzas hacen un bloque antiPP para echarnos”. Reyes repite concejales (8) pero está a expensas de si el resto de grupos alcanza los 13 donde está fijada la mayoría absoluta. El PSC y Movem Castelldels suman 4 cada uno y ERC, 3. El Pleno lo completa CiU, C's y una lista del Círculo de Podemos no avalada por la dirección con dos cada uno. Los partidos de izquierda tienen voluntad de negociar.

Camacho estuvo ayer en Madrid en la reunión de comité nacional del PP y fue Dolors Montserrat, vicepresidenta del PP catalán y directora de campaña, la que hizo balance. De entrada, pidió que se permita gobernar a las listas más votadas. “Que no lo hagan por Albiol sino quieren: que lo hagan por los badaloneses”, afirmó. Montserrat asumió sin tapujos que los resultados eran "malos" pero los achacó básicamente a las medidas “impopulares” contra la crisis que ha adoptado el Gobierno de Rajoy y a la corrupción política.

No hizo más lectura autocrítica porque atribuyó la cadía a un voto de castigo fugado a Ciutadans -"Ahora se verá quienes son y su programa"- y defendió el acierto de la agresiva campaña articulada alrededor de Albiol y sus políticas en contra de la inmigración. Pero esa receta no ha cuajado: el PP ha sufrido un desplome en el área metropolitana y en las tres capitales de provincia: en Tarragona, ha pasado de siete a cuatro ediles; en Girona, de tres a uno y en Lleida, de seis a dos. La única consecuencia de momento ha sido la dimisión del líder de PP en Terrassa, Gabriel Turmo, que no retirará su acta de concejal al pasar el PP de cuatro a un único concejal.