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El voto del cabreo

A Podemos los apoyos le llegan, fundamentalmente, de exsimpatizantes de IU y PSOE, pero también robará votos al PP

La conversación tiene lugar en el bar del pueblo. Hablan dos hombres de mediana edad. “Estoy tan cabreado que, aunque Monedero se lo haya llevado crudo, votaré a Podemos”, dice uno.

No será la primera vez que voten. El que ha decidido apoyar a la formación de Pablo Iglesias ha votado siempre a partidos de izquierda. “Pero ya estoy harto”, concluye. Hemos pasado de los indignados del 15-M a los cabreados del 22-M, fecha de las elecciones autonómicas andaluzas.

Falta menos de un mes para saber qué papel jugará Podemos en el futuro de Andalucía. Los sondeos predicen que será la tercera fuerza, por detrás del PSOE y del PP, y por delante de Izquierda Unida.

Teresa Rodríguez, la joven gaditana candidata por Podemos a la presidencia de la Junta, será clave a partir del 23 de marzo. Porque, aunque gane el PSOE, como parece, es difícil que obtenga mayoría absoluta. Necesitará apoyos. Es muy posible que los diputados de IU no sean suficientes para alcanzarla. Lo que decida Rodríguez será, pues, decisivo.

Nacida en Rota hace 34 años, profesora de instituto, aficionada al flamenco y a la música de Semana Santa, exmilitante de Izquierda Anticapitalista y exeurodiputada, Rodríguez ha sido elegida en primarias por el 80% de los simpatizantes de Podemos.

A falta de programa, habrá que referirse a las declaraciones de Rodríguez. Tres palabras se repiten en su discurso: paro, transparencia y corrupción. Su primera medida, si gana la presidencia, será auditar la Administración andaluza; la segunda, proponer un plan de urgencia de ayuda a los más desfavorecidos.

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En cuanto a los pactos, se remite a lo que decida “la gente” en referéndum. No se cierra a un acuerdo con el PSOE, pero solo si éste da un giro de 180 grados. De hecho, Rodríguez afirma que se abstendrá en el debate de investidura si Susana Díaz consigue ser la más votada. Jamás, dice la líder gaditana, permitirá que gobierne el PP.

Los votantes posibles de Rodríguez proceden de todos los partidos. La indefinición (adrede) ideológica de su formación produce sus réditos, porque aunque fundamentalmente sus apoyos llegan de exsimpatizantes de IU y PSOE, también robará votos al PP.

¿Cómo es posible que antiguos simpatizantes de la izquierdista IU coincidan en las urnas con el derechista PP? Porque a esos votantes les une un estado de ánimo: el cabreo con los partidos tradicionales, en especial de los dos que se han alternado en el poder desde la recuperación de la democracia.

La mayoría (45%) de los preguntados por Metroscopia sobre las razones para votar a Podemos contestan que “por decepción y desencanto” con los grandes partidos. Es un voto cabreado, como dice el contertulio del bar. Pero un voto que cuenta y que será decisivo en nuestro futuro.

@JRomanOrozco

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