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Las cinco marchas de Podemos

Las listas presentadas por el partido de Iglesias en Madrid representan otras tantas maneras de organización interna Son el reflejo de la pluralidad pero también de tensiones que florecen dentro de la nueva fuerza política

Patricia Ortega Dolz
Luis Alegre, en la presentación de su candidatura el pasado martes.
Luis Alegre, en la presentación de su candidatura el pasado martes.álvaro garcía

La marcha que recorrió ayer la calles de Madrid —entre 125.000 y 150.000 personas, según la policía— sirvió de barómetro de fuerza de Podemos en un año de marcado carácter electoral. El partido de Pablo Iglesias, aupado casi hasta la cumbre del éxito por el descontento ciudadano, metió una especie de sexta marcha: directa, larga, flexible, amplia, aglutinadora de hartazgos generalizados y prometedora de “cambios”. Una marcha elástica, a la medida de cualquier clase de indignación. Sin embargo, esa marcha cómoda no es la única de la nueva formación política, que continúa —en cada ciudad, comunidad autónoma y pueblo— afanada en adquirir la estructura y la organización de un partido político capacitado para entrar en las Administraciones públicas. Una tarea contra reloj que comenzó hace poco más de un año en un teatro de Lavapiés y que hoy ha adquirido en Madrid la forma —nada menos que— de cinco listas abiertas y —al menos— otros tantos aspirantes a la secretaría general de un partido de nuevo cuño, que tendrá que elegir candidato a la presidencia de la Comunidad para las elecciones del 24 de mayo.

Cinco propuestas, cinco marchas distintas para conducir Madrid, el trampolín para “asaltar el cielo” —como decían en la Asamblea Ciudadana de Vistalegre—. Madrid, la plataforma para colarse en la Moncloa. Pero las cinco listas son, en realidad, otras cinco propuestas de organización interna, el principal y actual reto de esta fuerza política nacida de una emoción colectiva traducida en tres palabras: “Sí se puede”. La estructura de Podemos se debate así entre dos corrientes, los que apuestan por una organización más semejante a la de los partidos clásicos con en una democracia más representativa y los que defienden una democracia más participativa. Se trata, en última instancia, de gestionar el poder político o el poder cuidadano.

Miguel Urbán.
Miguel Urbán.álvaro garcía

Las cinco listas que concurren en Madrid y de las que surgirá el nuevo secretario general del partido el próximo 14 de febrero, “son un reflejo de la pluralidad” del partido, justifican unos y otros, pese a los originarios intentos fallidos de crear una lista unitaria, porque esas cinco listas, con mayoría de treintañeros, son también consecuencia de las tensiones internas entre esas dos líneas claras: los que, como Luis Alegre y su equipo de Claro que Podemos —conformado sin hacer convocatoria pública—, adquieren pausadamente el aspecto de una fuerza política clásica. O los que como Miguel Urbán, otro cofundador y cabeza de la lista Podemos Ganar Madrid, no se conforman con la reforma de la casa sino que quieren cambiar sus cimientos, huyendo de las tradicionales reglas de la “representatividad de unos pocos magníficos” y confiando en el trabajo y la participación de las bases: “No quiero un recambio, quiero un cambio”, resume. Y añade: “No basta con llegar a las instituciones, vamos a necesitar un pueblo organizado, la única manera de no defraudar a la gente es implicarla”.

Todas las listas parten de un diagnóstico desolador de la región en el que reverberan las ideas de “corrupción”, “recortes”, “privatizaciones”, “desahucios”… Comparten principios —“Participación”, “transparencia”, “igualdad”— y hasta se apoyan y trabajan conjuntamente. Pero adolecen también todas de un programa político claro, en fase de gestación.

Mónica Mota y Susan Jiménez
Mónica Mota y Susan Jiménezálvaro garcía
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Alegre representa la continuidad del proyecto de la Ejecutiva del partido. Con una lista elaborada de arriba abajo, al estilo de los partidos tradicionales, aunque huyendo de “la casta”. Es la voz de Pablo Iglesias en Madrid. Su marcha es segura, de salida, de arranque. Está avalada por 34 nombres, con perfiles fundamentalmente docentes, ligados a los medios de comunicación o a la intervención social. En Madrid, la primera (marcha) la mete él, con la marca Claro que Podemos, la de la lista ganadora en aquella asamblea fundacional de octubre, la que sentó las bases de esta nueva fuerza política que ha dinamitado las encuestas electorales en un fulgurante ascenso hasta el primer puesto en intención de voto. Alegre es un “profesor precario” de Filosofía en la Complutense que ha convertido en su seña de identidad el aperturismo. Y que recela de las siglas —“aquí caben todos los que se avergüenzan de nuestros gobernantes, también los del PP”—, pero que trata de obviar —si no de ocultar— los muchos años —más de una década— que perteneció y militó a Izquierda Anticapitalista (IA).

Alegre es la encarnación viva de la brecha abierta en el seno del movimiento, de la herida que implica haber matado al padre (o a la madre), ya que fue IA, un partido con algo más de 600 militantes, el que ejerció en su día de útero materno para la gestación de Podemos como partido. Hoy —paradójicamente— Izquierda Anticapitalista ha seguido el camino inverso a su hijo, y ha dejado de ser partido para convertirse en movimiento, reduciendo su nombre a Anticapitalistas.

Ángel Cachón.
Ángel Cachón.álvaro garcía

La segunda marcha, con maniobra incluida, la mete Miguel Urbán, que fue candidato a las Europeas con IA. Él, anclado en Lavapiés entre las cuatro esquinas en las que emergió Podemos, fue pieza clave en esa catálisis, en esa especie de inseminación artificial entre “el movimiento” y la formación de izquierdas de la que nació el partido morado. Conocedor y dinamizador de las bases, su lista ha recogido a los líderes de las mareas (verdes y blancas), a los de los “círculos” —organizaciones de ciudadanos por barrios— primigenios y a algunos nombres destacados de la Cultura, como el actor Alberto San Juan; de los movimientos de gays y lesbianas, como Beatriz Gimeno; o de la sanidad, como el famoso anestesista Luis Montes. Arrancar en segunda tiene más riesgos, “pero se llega mas lejos, nosotros queremos ir más lejos, no solo llegar a las instituciones”.

Todas las listas, menos la de Luis Alegre, se han elaborado con una convocatoria abierta pública. Y todas, menos una, compiten por liderar el Consejo Ciudadano Regional, el órgano coordinador del partido. Se trata de la lista Pro Demos y Garantías, que mete una tercera marcha y se presenta solo a la Comisión de Garantías, el órgano que controlará al Consejo. La encabezan Mónica Mota y Susan Jiménez —especialistas en resolución de conflictos— y concurren para marcar “la independencia que debe tener ese órgano de control”. Ha sido también respaldada por la de Urbán.

Podremos Madrid, encabezada por Ángel Cachón (librero y lingüista), pone la cuarta marcha y opta por un modelo asambleario, también para el Consejo. Parte del principio de que “cualquiera se puede presentar con una propuesta” y pone el foco en las herramientas de participación. Su candidatura, con 17 nombres —se podían llegar a 34—, pretende ser la demostración de esa idea.

Judith Lerena.
Judith Lerena.

Por último, la lista Madrid Integral y Democrático, la encabeza Judith Lerena. Esta quinta marcha es también una lista incompleta, con solo 14 de nombres, de perfiles más técnicos y conocedores de la Administración pública.

El resultado de las votaciones —ya sean “en bloque” o nominales— se verá el próximo 14 de febrero. El Día de los Enamorados Podemos no solo tendrá un secretario general para Madrid, sino que habrá optado por un modelo de organización interna, y comenzará la búsqueda de un candidato para ganar las elecciones en una comunidad clave.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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