Andalucía se dispone a pedir un rescate de al menos 2.400 millones

La solicitud del rescate —como se conoce al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) que ha dispuesto el Gobierno de Mariano Rajoy— por parte de la Junta andaluza se da por hecha. Lo anunció la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, el miércoles en el Parlamento, y lo ha venido a confirmar también el presidente, José Antonio Griñán, si bien ha matizado que es imprescindible que los tipos de interés deben ser aceptables y que no haya imposiciones políticas. El interrogante es ahora cuándo y, sobre todo, cuánto. Desde el Ejecutivo autónomo se soslayan las cifras bajo una catarata de dependes a la espera de conocer las condiciones para formalizar la petición. No obstante, fuentes de la Junta aseguraron este jueves que la cantidad que se pida no va a ser inferior a la deuda que Andalucía está autorizada a emitir —2.400 millones de euros— y que no ha sido capaz de colocar en los mercados financieros, que prefieren participar en el FLA y no dar créditos directamente a las autonomías. Todavía más después de que se haya conocido que cuatro entidades prestarán 6.400 millones al fondo de rescate autonómico, que estará dotado de 18.000 millones. La aportación total de la banca será de 8.000 millones.

La Junta esperará a conocer las condiciones para formalizar la petición

Griñán insistió este jueves en el trato desigual que el Gobierno dispensa a Andalucía, que no ha recibido aún respuesta a la demanda de un anticipo de 1.000 millones.

Según sostuvo el presidente, lo que ha recibido Andalucía por este concepto son 211 millones que se le debían desde 2010, un cifra pírrica frente lo que han obtenido Cataluña, con 1.805 millones; la Comunidad Valenciana, 1.398 millones; la Comunidad de Madrid, 710 millones, y Castilla-La Mancha, 328 millones.

Pero en el Ministerio de Hacienda no quieren oír la palabra anticipo. Cuando este jueves se preguntó si hay ya alguna respuesta a solicitud planteada por la Junta hace 10 días, un silencio precedió a un enunciado de manual. “Nos estamos reuniendo con todas las comunidades para ver sus necesidades de financiación y desde el ministerio les estamos explicando en qué consiste el FLA”. Ante la insistencia, un portavoz del ministro detalló el cruce de negociaciones técnicas y finalmente, resumió: “Sabemos que la Junta tiene que hacer frente al pago de 600 millones el próximo 4 de octubre, y el Gobierno no va a dejar a ninguna comunidad sin liquidez”.

Pese a que de puertas para afuera el Ejecutivo andaluz se encoge de hombros respecto a la posibilidad de que llegue el anticipo, varias fuentes señalaron que resulta harto improbable, razón de más para empezar a sopesar qué cantidad se requerirá al fondo de rescate autonómico. José Antonio Griñán desveló este jueves durante el debate con el jefe de la oposición, el popular Juan Ignacio Zoido, una petición que le ha hecho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría: “Me ha pedido por favor que no hable de rescate porque no se trata de un rescate, sino de los hispanobonos y me ha dicho que no va a haber ninguna condicionalidad política”. También dijo que habla cotidianamente con ella y con Mariano Rajoy, con quienes mantiene una relación “bastante mejor” que con el PP andaluz.

La relación con Rajoy es bastante mejor que con el PP andaluz José Antonio Griñán

Fuentes de San Telmo confirmaron que Griñán conversó con Rajoy después de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) decidiera limitar el endeudamiento de la comunidades, que afecta en particular a Andalucía, paradójicamente una de las menos endeudada, pero a la que se le ha bajado del 15,1% al 13,2%, cuando, por ejemplo, Cataluña puede llegar al 23,6% y la Comunidad Valenciana al 23%. Tras esa charla, el socialista recibió las llamadas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de la vicepresidenta, quienes le garantizaron que la intención era reconducir el FLA hacia los hispanobonos.

Griñán defenderá en la Conferencia de Presidentes, convocada para el 2 de octubre, una nueva fase de cooperación entre las autonomías que evite cualquier tipo de desigualdad o asimetría entre todas y cada una de las partes del Estado, ya que esto “rompería”, según argumentó “el motor fundamental del desarrollo autonómico”.