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La ocupación hotelera en Semana Santa quedó por debajo del 60% en zonas turísticas

Las previsiones meteorológicas forzaron anulaciones de última hora, según los empresarios

Los datos de ocupación hotelera durante la Semana Santa en Galicia fueron irregulares según la zona, aunque en casi todos los casos se quedaron por debajo de las expectativas de los hosteleros. En zonas como Rías Baixas, con puntos turísticos como Sanxenxo, la ocupación rozó el 60%, diez puntos sobre áreas como A Mariña lucense.

Según los datos del Observatorio Turístico Rías Baixas, la ocupación real de la provincia de Pontevedra en las recientes vacaciones fue del 55%, inferior al 66% alcanzado en 2011, un año de por sí malo. Por zonas, la llegada de visitantes se notó en Sanxenxo-O Grove, con un 64%, mientras que la afluencia más baja se registró en Baiona, con un 40%. Teniendo en cuenta únicamente los días festivos, la ocupación media fue del 64%, con picos del 78% en la zona de Deza-Tabeirós y del 70% en el área de Sanxenxo.

La crisis  golpeó fuerte en Lugo pese a la fama de la Semana Santa en lugares como Viveiro

Los profesionales del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo mostraron su disgusto por la evolución de la semana debido a que las previsiones, que auguraban un tiempo inestable, anularon en el último momento parte de las reservas de última hora que se aguardaban. La crisis también golpeó fuerte en Lugo pese a la fama de la Semana Santa en lugares como Viveiro. La mitad de las camas estuvieron vacías, según el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo, José Real.

En las grandes ciudades la situación fue similar. La Asociación de Hostelería de A Coruña tampoco alcanzó las expectativas y no pasó del 65%. En Santiago, a pesar de que numerosos visitantes llegaron a la ciudad animados por el tiempo inestable, la ocupación se mantuvo también en cifras que rondan el 60% a falta de la estadística oficial de la asociación de hosteleros compostelanos.

Más allá de la climatología, la realidad es que la bajada de los precios no ha incentivado la demanda de plazas, cada vez más débil en el mercado interno. La rentabilidad de los establecimientos, dicen los expertos, está en caída libre.

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