El virus de los cruceros
Un extraño mal afecta a cientos de turistas en varios barcos de lujo por el Caribe
Un misterioso virus lleva semanas apareciendo en cruceros que zarpan del sur de Florida rumbo al Caribe con miles de pasajeros a bordo. Embarcan hacia el paraíso para regresar dos o tres días después con diarrea, vómitos y dolores de estómago, como si se tratara de un simple virus gastrointestinal, pero lo raro es la frecuencia: son ya tres barcos, siete travesías y más de 1.300 afectados. ¿Es un ataque bioterrorista?
En el clima de sospecha y especulación que se vive en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre, muchos ciudadanos se preguntan si hay algo más siniestro detrás de las diarreas, y ayer las autoridades federales comparecieron para calmar los ánimos asegurando que no. "Aunque es cierto que no hemos visto antes brotes de esta magnitud en barcos, no hay ningún indicio que sugiera que sea un atentado bioterrorista", dijo Tom Skinner, portavoz del Centro Nacional para el Control de Enfermedades.
Los pasajeros embarcan hacia el paraíso para regresar con diarrea, vómitos y dolores de estómago
En principio lo achacan al virus Norwalk, que provoca síntomas similares a los que padecen los pasajeros y se contagia a través de la comida, el agua, el contacto de persona a persona o por tocar un objeto infectado. De ahí, según Skinner, la velocidad a la que se está propagando. Pero, a diferencia de un brote normal de Norwalk, éste parece resistirse a las múltiples desinfecciones que han realizado la naviera Carnival Cruise Lines y su subsidiaria, Holland America, así como la empresa Disney, propietaria de una de las naves.
En el crucero Amsterdan, de Holland America, se ha manifestado el extraño virus en cuatro travesías seguidas, a pesar de la limpieza a fondo que al final de cada una hacía la tripulación. Finalmente, hace diez días lo anclaron en Port Everglades, al norte de Miami, para hacer una superdesinfección, en la que, según la portavoz de la naviera, remplazaron 4.000 almohadas, limpiaron en seco todas las tapicerías de sofás, sillas y cortinas, limpiaron las paredes y las superficies con lejía e incluso cambiaron los saleros. El barco partió el domingo con 1.261 pasajeros y los dedos cruzados. "Estamos convencidos de que hemos roto el ciclo de reinfección, pero no podemos garantizar al cien por cien que alguien caiga enfermo", explicaba ayer en Miami la portavoz, Rose Abello.
Mientras el Amsterdam estaba atracado en Port Everglades, en el crucero Magic, de Disney, más de 300 pasajeros enfermaron. Los síntomas eran idénticos. El barco fue métodicamente revisado y luego desinfectado, y a los pasajeros se les devolvió el dinero. Un equipo del Centro para el Control de Enfermedades tomó muestras de las heces de los pasajeros y, según el análisis preliminar, no han detectado virus anormales.
El jueves pasado comenzaba el puente de la fiesta del Día de Acción de Gracias y el Magic zarpaba de nuevo, inmaculado de gérmenes, hacia una isla privada en el Caribe, propiedad de Disney. La pesadilla se repitió en menos de veinticuatro horas. El sábado retornaba la nave a Port Cañaveral, cerca del complejo Disney en Orlando, con 195 personas infectadas.
Ayer le tocó el turno al crucero Fascination, de Carnival Cruise Lines, una nave que viajaba con 2.052 pasajeros. Tuvo que regresar de las Bahamas al puerto de Miami de madrugada con cerca de 160 personas afectadas por desarreglos gastrointestinales, supuestamente similares al misterioso virus de la familia del Norwalk.
¿Son coincidencias? En los últimos dos meses han ocurrido infecciones aisladas en otros cruceros. La semana pasada, en San Diego, California, hubo una docena de casos en el mismo barco en que se habían registrado otros 42 a mediados de octubre; y en julio, 176 personas padecieron el virus en otro barco de Holland America durante un crucero por Alaska.
Tanto Holland America como Carnival Cruise Lines y Disney les han reembolsado íntegramente el precio a todos los pasajeros y les ofrecen además descuentos del 50% en futuras travesías, pero el golpe a la imagen puede ocasionar pérdidas muy superiores a una industria que el año pasado generó ganancias superiores a los 170 millones de dólares en Miami, el mayor puerto de cruceros del mundo.
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