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ALMUERZO CON... RICARDO LAGOS

"En Chile sabemos de activos pringados"

Carles Geli

"Vamos al restaurante uno", susurra el escolta. Es lo que tiene comer con un ex presidente de un país. En el interior no había reserva alguna a nombre de Ricardo Lagos (Santiago, 1938) y tampoco en el local de fuera. Cuando la imaginación y los nervios llevan a una trama de Le Carré, llegan dos veloces coches al hotel. Se nota que el otrora líder de Chile (2000-2006) es hombre de mando: cuando se le alcanza tras sortear hasta a un secretario militar, el político ha descartado ya comer ante la piscina y, en la mesa, marca: "Escogemos el menú a pesar de las copas de vino", al parecer excluidas.

Los fantasmas de todo estadista, dicen, aparecen siempre por la noche. "Sí, te acuestas pensando que no vas a poder, que si esto y aquello... Piense que nosotros hicimos la Transición con Franco vivo, por así decirlo..., pero lo importante es creerse el cuento", que empieza "pidiendo el voto puerta a puerta a la gente, eso siempre te pone en tu sitio y en la realidad del país". En su caso, un Chile marcado por 1973. "Nuestro pueblo tiene las heridas vivas porque muchos actores siguen vivos". No Allende, al que trató. "¡Qué caro nos salió el gusto de poner a la burguesía en su sitio!". ¿Se le enrojecen los ojos?

El ex presidente chileno afirma que no volverá al mundo de la política

Lagos visita Barcelona por unas jornadas del Club de Madrid sobre Latinoamérica y la crisis. "Nos atrapa aún no suficientemente preparados". ¿Escudos? "Bueno, en Chile no tenemos bancos con tóxicos: en 1982 ya pusimos plata del Gobierno; de comprar activos pringados sabemos".

Está en materia; aleja el plato un poco y traza en el mantel: "El juego está en la trilogía sociedad-Estado-mercado; los fundamentalistas de los binomios han fracasado. La crisis es fruto de un mundo sin reglas". Hay desgana con el tenedor. "El gran debate político es si el mundo es de los ciudadanos o de los consumidores; si manda el mercado, ante el bolsillo no todos somos iguales". ¿Hay margen ante las multinacionales? "Hay que permitir que el FMI tenga mayor papel global. ¿Ve? Poder decir cosas así es una de las ventajas de ser ex mandatario".

"Por lo que pide uno en la carta se puede deducir en qué fase de la vida está", suelta melancólico mientras lleva la vista del rabo de buey a su esturión. "Los tiempos mutan: el cambio climático sí es el primer y gran problema global, y eso obligará a ceder soberanía". ¿Pero quién puede obligar a que Brasil no deforeste? "Pues a lo mejor pagándole para que no lo haga; el mundo cambia: hubo un pueblo al que como ministro les llevé electricidad, agua... y luego no me votaron. Antes su preocupación era salir de la pobreza; luego fue mantener su calidad de vida y mi discurso no lo vio". ¿Volverá a la política? "No; no se defendió lo que hicimos y me dolió... Pero esto es muy aburrido, ¿no?". Sí; el café demanda, por ejemplo, sus lecturas: "Estoy con Vida y destino, de Grossman". Lee mucho en los aviones: "He cruzado tres veces el charco en marzo; debería mirar más la edad del carné", piensa. Ahora va para casa, donde se dedica a colocar palmeras chilenas ("mi mujer dice que ordeno más que planto"), mientras vuelve a emocionarse con la labor de su esposa con orquestas juveniles de gente modesta. Pero para las fotos recobra su porte de estadista.

Lagos: "¡Qué caro nos salió poner a la burguesía en su sitio!".
Lagos: "¡Qué caro nos salió poner a la burguesía en su sitio!".G. BATTISTA

The Garden (hotel Juan Carlos I). Barcelona

- Ensalada de flores de invierno, mozzarela de búfala y tomate acidulado, esturión al vapor, rabo de buey relleno de foie y dos ensaladas de fruta: 84,12.

- Dos copas de vino: 11,20.

- Un café boroka: 4,21.

Total: 106,50 euros.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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