El vertido del Golfo es seis veces el del 'Exxon'
Si cada día se han vertido al mar más de seis millones de litros de crudo desde la explosión el 20 de abril de la plataforma Deepwater horizon hasta el 3 de junio -cuando se colocaba la campana de contención-, las matemáticas dicen que se han derramado más de 270 millones de litros en 45 días; más del doble de lo estimado al principio de la crisis. O lo que es lo mismo: entre cinco o seis veces la cantidad que derramó el petrolero Exxon Valdez (38.000 toneladas) en las costas de Alaska en 1989. El titular bien podría ser este: "En el golfo de México se ha producido un Exxon Valdez a la semana". O, desde su inicio, tres veces un Prestige -derramó 77.000 toneladas de fuel frente al litoral gallego en 2002-.
No hay consenso entre los expertos sobre la cantidad exacta derramada por pozo subterráneo propiedad de BP. Solo en que ha sido muchísima. Un documento interno de la petrolera británica que citaba ayer el diario The Washington Post muestra que el 27 de abril la empresa diseñaba tres posibles escenarios. El más modesto aventuraba que sólo se estuviesen filtrando algo más de 160.000 litros al día; el más probable, 800.000; el peor, una fuga diaria de 2,2 millones de litros. Pues bien, solo el miércoles se desviaron del fondo a la superficie más de 2,5 millones de litros.
Las cifras son de suma importancia. No sólo para conocer el impacto ambiental, sino también para establecer la cuantía de las multas que deberá pagar BP por contaminar la región y para evaluar qué medios se necesitan para hacer frente al desastre.
En medio de esta guerra de cifras, la Casa Blanca anunciaba ayer que Barack Obama recibirá el miércoles al presidente de la petrolera BP, Carl-Henric Svanberg. Durante días, la Casa Blanca se ha mostrado reticente a reunirse con el consejero delegado de la empresa, Tony Hayward. Obama llegó a decir en televisión -sin citarle- que él hubiera despedido al responsable de tantos errores como los que se suponen que se han producido desde la explosión en la que murieron once personas. Ayer no se confirmaba que la invitación del presidente fuera extensiva a Hayward y que este fuera a estar en la reunión.
El primer ministro británico, David Cameron, salió en defensa de BP. Según un portavoz, Cameron ha transmitido a BP la importancia de que la petrolera británica sea una compañía fuerte y estable, ya que esto repercute "en el interés de todos".
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