Las ventajas de ser pocos
La comunidad educativa de La Rioja achaca sus buenos resultados en PISA a la implicación de profesores y familias y a sus apenas 11.000 alumnos de ESO
-Quién me sepa decir qué es PISA tiene aprobado el examen-, dice el profesor de música a sus alumnos de 4º de ESO.
-Se acaba de batir un récord de inclinación de la Torre de Pisa-, responde alocadamente un chico al fondo de la clase.
-Es una prueba a los alumnos que nacieron en el noventa. Cada año se hace en un sitio y este año le ha tocado a La Rioja, que ha sido la mejor en matemáticas y la peor es Andalucía-, dice, mucho más cerca de la respuesta correcta, una compañera del Batalla de Clavijo, un instituto público de Logroño de 720 alumnos.
Estas dos respuestas son probablemente muy parecidas a las que daría cualquier clase de alumnos de 15 años de cualquier instituto de España. El sistema educativo, las medidas para atender las dificultades o la incorporación de las nuevas tecnologías son también muy parecidos al resto de España. Sin embargo, sus resultados en el informe PISA 2006, que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) entre 57 países, han sido sobresalientes.
El instituto Batalla de Clavijo recibió 127.000 euros el curso pasado
Los centros tienen "autonomía total" para gestionar su presupuesto
La Rioja está en matemáticas 42 puntos por encima de la media de los países desarrollados, pero ocupa además la octava mejor posición del mundo. En Lectura y Ciencias (con 31 y 32 puntos más que España, respectivamente) también es la primera de España.
"Nuestro sistema no tiene diferencias significativas con el de otras comunidades", asegura Miguel Ángel Rodríguez, responsable de enseñanza de CC OO en La Rioja. Así que su primera reacción, como la de muchos otros en esta región, es de perplejidad. Esto se debe a que el fracaso escolar en esta comunidad está en la media española y su inversión por alumno también. Y aunque sindicatos y consejería discuten sobre si está equilibrado o no el porcentaje de inmigrantes que asume la concertada, los extranjeros, suponen el 12% del alumnado de primaria y secundaria, si bien la cifra es de unos 3.500 sobre un total de 27.000 alumnos (11.000 de los cuales cursa la ESO). Hay muchos factores que pueden influir en los resultados, pero por encima de todo está el nivel sociocultural de las familias. La Rioja está la segunda en este índice de PISA.
Así que después de estrujarse la cabeza y advertir de que ni España está tan mal ni hay que ser triunfalista en La Rioja, los profesores del instituto Batalla de Clavijo, Rodríguez, el responsable de FETE-UGT en la comunidad, Luis Dorado, y el consejero de Educación, Luis Alegre, del PP, acaban llegando, cada uno por su lado, a una misma clave: la implicación del profesorado en una comunidad muy pequeña. Tiene 300.000 habitantes (100.000 menos que estudiantes de ESO tiene Andalucía) y más de la mitad están concentrados en Logroño, lo que facilita una gran cercanía con las familias para implicarlas en la escuela.
La estabilidad de las plantillas es clave para Dorado, de UGT: "Ahora se tiene destino fijo prácticamente al segundo año". Agustín García, profesor riojano de lengua y literatura con 36 años de experiencia, apunta que muchos profesores, como él, han vuelto después de muchos años en otras comunidades, "para quedarse".
Con un porcentaje de inmigrantes "asumible", según su directora, el centro Batalla de Calvijo tiene los clásicos problemas con los alumnos que llegan sin hablar español y con la escasez de profesores para el programa de bilingüismo, Sin embargo, en general, están "felices" con su trabajo. El profesor de ciencias Antonio Guillén habla de La Semana de la Ciencia, de muchas actividades y de enseñar más allá de los datos.
Esta idea y esta forma de trabajar, que se lleva a cabo en centros muy determinados de toda España, "no es general en toda La Rioja", advierten. Pero quizá estas buenas prácticas se extienden más rápidamente en una comunidad pequeña como la suya (hay sólo 119 colegios e institutos), y puede que más allá de normas y medidas, el éxito (buscado o no) de la consejería sea dejarles hacer a los profesionales libremente.
"67.000 euros 2002-2003. 127.000 euros el curso pasado". La directora muestra los presupuestos del instituto de los últimos años y explica que los han gestionado "con autonomía total". La inversión se comprueba en un paseo por el instituto, modernos proyectores en todas las clases, cinco salas de ordenadores o un completo laboratorio. También cuidan la conexión directa con las familias: cada profesor un aparato electrónico (una especie de PDA) que les permite mandar las faltas o recibir mensajes de los padres. "Aquí todos nos conocemos. Una vez al mes nos juntamos todas asociaciones. Sabemos lo que pasa en todos los centros, y vamos en la misma dirección", asegura José Esteban Losa, presidentente de la asociación de padres del instituto público Quintiliano, de Calahorra.
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