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"Yo también soy el doctor Montes"

El hospital de Leganés apoya al ex jefe de Urgencias y critica el informe del Colegio de Médicos

-El problema son los pacientes. ¿Se fiarán de nosotros con todas las mentiras que se han dicho?

-Pues habrá que explicarles cuáles son esas mentiras.

Esta conversación, mantenida ayer por dos trabajadores del Hospital Severo Ochoa de Leganés, refleja la preocupación de muchos profesionales del centro tras el informe del Colegio de Médicos, publicado el pasado viernes, sobre las sedaciones de enfermos terminales en el servicio de Urgencias. El documento, el séptimo dictamen sobre el caso, concluía lo mismo que los otros seis: no es posible establecer relación directa entre las sedaciones y las muertes de los pacientes. Aún así, el Colegio de Médicos señaló que hubo mala práctica médica en 34 casos.

"Pedimos a la gente que siga confiando en este hospital", dice una trabajadora

Reunidos en asamblea, los trabajadores del centro se concentraron para analizar esas conclusiones y sacar otras propias. "En cuanto a lo que dice el informe, lo tenemos claro: da la razón a los trabajadores del Severo Ochoa, porque confirma que no hubo muertes por sedación", señaló la presidenta de la Junta de Personal, Isabel Serrano. "El problema es que haya salido a los medios", prosiguió, "porque ha vuelto a generar la alarma social, como hace un año, y tenemos pacientes que se creen que aquí se mata a la gente". Esa preocupación es lo que ha llevado a los empleados del hospital a suscribir un documento con siete líneas de actuación. La primera de ellas, pedir a los pacientes que "sigan manteniendo la confianza en el buen hacer del hospital y sus trabajadores, puesto que la justicia no ha emitido ningún dictamen sobre mala práctica médica". La segunda, "seguir defendiendo la presunción de inocencia de los profesionales de urgencias generales".

El director de esa unidad, Luis Montes, fue destituido de su cargo el 11 de marzo de 2005. Ayer escuchó atentamente y en silencio, las intervenciones de sus compañeros sentado en la última fila de los asientos dispuestos para la ocasión en el vestíbulo del hospital. Sus colegas, algunos de los cuales lucían un lazo amarillo en las solapas de sus batas blancas para pedir una unidad de cuidados paliativos en el centro, fueron contundentes. Uno de ellos, que además del lazo llevaba un trozo de tela con las palabras "Yo también soy el Dr. Montes", se levantó y pronunció un breve discurso a viva voz: "Estoy dolido porque el informe pretende ser otra bofetada a los trabajadores del hospital. Pero hay que decir que nadie todavía ha establecido una causa-efecto entre las sedaciones y las muertes de los pacientes en coma". Después, un aplauso cerrado que se repitió tras cada una de las intervenciones que apoyaban al doctor Montes y a los empleados del servicio de Urgencias.

Los presentes manifestaron también su rechazo al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, del PP, y pidieron por enésima vez su dimisión. "Lo importante es reivindicar que las cosas se hagan bien", afirmó otro de los presentes, el doctor Fernando Pérez, "y ahora se están haciendo mal, porque los pacientes terminales están sufriendo más de lo debido".

El apoyo y el entusiasmo con el que los trabajadores del Severo Ochoa expresaron sus opiniones no ocultó la preocupación que mucho de ellos tienen tras el informe. Frutos del Nogal, médico de cuidados intensivos, manifestó que el documento es contradictorio y señaló el desacierto de los redactores en el uso del término "mala práctica". "No se puede decir que hubo mala práctica en 34 de los casos de sedación. Eso conduce al engaño y puede crear desconfianza en los pacientes", comentó Frutos. "Cuando en un hospital se supera el número de cesáreas en más de un 25% de los partos, se habla de mala práctica y eso no significa que haya responsabilidad penal. En este caso pudo ocurrir lo mismo. Habría que hablar de prácticas inadecuadas o que necesitan mejorar. De los 400 homicidios del principio hemos pasado a 34 casos de mala práctica que además son dudosos.", concluyó.

Para los trabajadores del Severo Ochoa, la historia no se ha cerrado todavía y esperan que los jueces se pronuncien para eliminar todas las dudas sembradas. "Estamos cansados. A ver si la justicia se pronuncian ya", deseó ayer Javier Martínez Salmeán, el jefe de ginecología. Están cansados pero dicen que seguirán peleando para defender su profesionalidad.

Personal sanitario del hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid, durante la asamblea en defensa de los profesionales del centro.
Personal sanitario del hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid, durante la asamblea en defensa de los profesionales del centro.RICARDO GUTIÉRREZ

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