El sexo 'amateur' reta al mercado porno
La proliferación de contenidos eróticos gratuitos en Internet provoca una crisis en la industria pornográfica - Las empresas ven el futuro en las nuevas tecnologías
Una pareja hace el amor en el salón de su casa. Son tan normales como la vecina del quinto o el funcionario que nos atiende en una ventanilla del ministerio. Se están grabando. Después, miles, o incluso millones, de personas les verán en Internet. El sexo amateur ha desbancado por goleada las preferencias de los internautas que, cada vez más, consumen porno por Internet.
Lo caliente vende, y en la Red mucho más. Así, Internet se ha convertido en el paraíso del sexo. Los datos hablan por sí solos: el 12% de las páginas web albergan contenidos para adultos, la palabra más buscada en la Red es "sexo" y el 35% de las descargas por Internet tienen contenido sexual. Sin embargo, esta proliferación de espacios eróticos amenaza a la industria porno, un mercado que tradicionalmente se ha apoyado en las nuevas tecnologías.
Nacho Vidal: "Hay morbo por la vecinita de al lado pero por las estrellas también"
"A muchos internautas les gusta ver vídeos hechos por personas que sientan cercanas. Quieren vídeos frescos, reales, que parezcan sacados de su día a día. A muchos les gusta ver a personas normales, como esa compañera de universidad con la que te cruzas todos los días en el autobús", explica Emilio Márquez. Lleva más de diez años en la industria porno en Internet y su creación, marqueze.net, se ha convertido en la web de referencia de los contactos y el porno digital en habla hispana.
Los vídeos protagonizados por personas normales son los más demandados de las web de contenidos eróticos. Xtube, Redtube, Pornotube, Yuvutu... y una larga lista de páginas que utilizan la tecnología del conocido canal de vídeos Youtube para ofrecer vídeos porno gratis. Tan sólo es necesario registrarse y a veces ni eso. En ocasiones sólo hay que rellenar una casilla con la fecha de nacimiento -es necesario tener más de 18 años- para acceder a los contenidos de estas web. Un sitio de este tipo puede recibir más de un millón de visitas al día de internautas de todo el mundo.
Hoy, por apenas 30 euros cualquiera puede comprar una cámara de vídeo, conectarla al ordenador y empezar a subir contenidos en la Red. "Ahora en esta industria el que no sale en Internet no existe. Últimamente la Red está arrasando y está desbancando al DVD", explica Natalia Zeta. Viste un cortísimo vestido con estampado de pantera y habla mientras se toca el pelo liso y negro. Esta actriz de 23 años se dedica al cine porno desde hace tres. "Se lleva mucho lo hecho por aficionados, pero también el gonzo", afirma Zeta. Se refiere a un tipo de cine hecho por profesionales pero grabado sin guión y sin cortes. "El porno gonzo es sexo puro y duro. Es más natural y espontáneo, el consumidor de pornografía lo agradece", explica por teléfono desde Ibiza el actor, director y productor de películas para adultos Nacho Vidal. Tiene 33 años y lleva desde los 21 en la industria de la pornografía. Ha visto y vivido toda su evolución y es optimista.
"El sexo amateur no es una amenaza. Es cierto que hay morbo por ver a la vecinita de al lado, pero siempre van a existir los mitos y las estrellas en esta industria", opina. Vidal tiene un espacio web en el que se pueden descargar escenas grabadas exclusivamente para Internet.
A pesar de esas adaptaciones a los tiempos, los bolsillos de actores, directores y productores notan esa proliferación de espacios gratuitos de contenidos para adultos. "Los sueldos de los actores han bajado. Las productoras venden menos y eso se nota", dice Natalia Zeta. Vidal opina lo mismo, aunque más que a las web lo achaca a la piratería.
La industria de la pornografía en España mueve millones. Sólo de distribución de cintas en videoclubs, las 15 distribuidoras que existen en el país facturan seis millones de euros al año. Además, se producen alrededor de 1.500 películas para adultos, una cifra que en el mercado estadounidense puede llegar a multiplicarse por cinco.
Al margen de las ganancias, el mercado necesita un cambio. "O evolucionamos o morimos. No podemos seguir estancados. Internet está acabando con el porno tal y como lo conocíamos", dice el director de películas para adultos José María Ponce.
"Internet tiene una gran influencia en la industria pero no acabará con ella. Sólo cambia la manera de ganar dinero. En unos meses, por ejemplo van a nacer en la Red canales temáticos para adultos", explica Juli Simón, director del Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona que arranca esta semana en Hospitalet (Barcelona). Este año, además de un congreso de webmaster tendrá un espacio para bloggers dirigido por la experta en contenidos para adultos Eva Roy. Para algunos, como Emilio Márquez, la solución para la industria porno está en la convergencia de formatos: "El futuro se encuentra en las nuevas tecnologías, telefonía móvil, televisión, consolas, PDA".
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