Un satélite artificial descubre cráteres y surcos de agua recientes en Marte
Los investigadores sugieren que en los últimos siete años ha fluido líquido en el planeta
La excelencia tecnológica de una nave espacial de la NASA, la Mars Global Surveyor, que fue planeada para trabajar dos años en Marte y que ha durado nueve, ha permitido a los científicos de la misión volver a echar un vistazo el pasado marzo a zonas del suelo marciano fotografiadas en 1999. Así han descubierto cráteres nuevos que se han tenido que formar recientemente porque no estaban en las imágenes antiguas. También han identificado unos rasgos en dos laderas que creen que pueden ser surcos marcados en el suelo por flujos líquidos, tal vez agua.
La Mars Global Surveyor (MGS) llegó a Marte en 1997 y se puso en órbita allí para tomar imágenes de la superficie durante un año marciano (aproximadamente dos años terrestres). Al finalizar ese plazo seguía funcionando y la misión se fue alargando, hasta que el mes pasado los responsables de su control, en el Jet Propulsion Laboratory, dejaron de recibir la señal. La NASA da ya por perdida la nave, pero su larga duración ha dado tiempo a los científicos para hacer cosas que no planeaban, como volver a observar determinadas zonas varios años después del primer barrido, hecho al principio de la misión.
Michael C. Malin y sus colegas, de la empresa que él dirige, se han centrado en unos cráteres identificados en marzo de este año, que no estaban en las fotografías tomadas de la misma zona de Marte en 1999. En concreto han encontrado 20 nuevos cráteres con diámetros comprendidos entre dos y 150 metros y han calculado que los meteoritos que los hicieron medirían entre unas pocas decenas de centímetros de diámetro y dos o tres metros. La zona observada, en una latitud media del planeta vecino, es un área de 21,5 millones de kilómetros cuadrados.
Los científicos detallan los resultados de la investigación mañana en la revista Science. También han establecido la tasa de formación de nuevos cráteres en el planeta vecino, que ha resultado ser similar a la de la Luna. En la Tierra es muy difícil observar cráteres recientes dado que dos terceras partes de su superficie es agua, que su atmósfera es densa en comparación con la marciana, y que su superficie es muy compleja.
Otro resultado interesante de esta investigación es el hallazgo de unos rasgos observados en las laderas de dos grandes cráteres que parecen formados por flujos líquidos.
Surcos de agua
No es la primera vez que las fotografías enviadas por la MGS muestran este tipo de rasgos en el relieve marciano, pero en esta ocasión se han encontrado dos surcos que no estaban en esos lugares en 1999 y en 2001, pero sí en las fotografías de 2004 y 2005, respectivamente. Por su forma, color, brillo y trazado, Malin y sus colegas proponen que se han creado por flujos de agua.
Una interpretación alternativa, reconocen los investigadores en su artículo, es que esas huellas se hubiesen formado por desplazamiento de polvo. Pero también recuerdan que en los datos tomados por otras misiones en Marte, los deslizamientos de arena se ven como manchas oscuras y no brillantes.
Pese a que tanto la NASA en un comunicado como el equipo de Malin en su artículo en Science se limitan a decir que las imágenes "sugieren" la presencia de agua líquida reciente en la superficie de Marte, estos mismo expertos afirmaron ayer en una rueda de prensa en en Washington que es sin duda agua, informa Efe.
El coste total de la misión Mars Global Surveyor ha sido de aproximadamente 242 millones de dólares (181,5 millones de euros), una décima parte de lo que cuesta un solo vuelo del transbordador espacial a la ISS, ha recordado el físico Robert Park, de la Universidad de Maryland (EE UU).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.