"Me preocupan más los terremotos que una eventual erupción"
Nemesio Pérez destaca entre los científicos que estos días recorren la isla de El Hierro auscultando el subsuelo en busca de indicios que anticipen una eventual erupción volcánica. Fernández, nacido en el Puerto de la Cruz (Tenerife) hace 50 años y coordinador científico del Instituto de Vulcanología de Canarias (Involcan) recorre los pueblos explicando a los vecinos qué es una erupción y qué puede ocurrir. Este tipo enorme en el que apenas queda rastro del jugador de waterpolo universitario no ahorra detalles ni exagera. Y a veces les recrimina a sus interlocutores su falta de información previa.
Pérez pasó nueve años en el extranjero estudiando volcanes (en Luisiana, EE UU y en Tokio) antes de regresar, en 1997, a instalar el sistema de vigilancia volcánica de Canarias. "España tenía un sistema de vigilancia tercermundista. La predicción de la actividad volcánica tiene tres patas: seísmos, emisión de gases y deformación. Pues en España solo se medía la primera", explica en una cafetería de Valverde, capital de la isla, ante un café.
Pérez montó hace tres años un programa para recorrer los 88 municipios canarios explicando el funcionamiento y los riesgos de vivir en islas volcánicas. "Una comunidad es menos vulnerable cuanto más informada esté. Lamentablemente, a veces íbamos a los pueblos y no aparecía ni el concejal del Ayuntamiento. La gente prefería ver a Belén Esteban", cuenta con una risa amarga. Admite que "no tiene papas en la boca": "Por eso la percepción del riesgo volcánico es paupérrima".
Este experto define los volcanes como "ventanas al interior de la Tierra" y no concibe que ningún canario les tema. "La gente que vive en Canarias, Hawai o Filipinas tiene que estar agradecida. Cuando el volcán duerme tienen un paisaje precioso, energía geotérmica y aguas termales. Cuando entre en erupción vendrá gente de todo el mundo a ver los fuegos artificiales, pero hasta que eso llegue tenemos que pasar los terremotos y lidiar con la angustia".
Pérez sostiene que le preocupan más los seísmos que la erupción. "En Canarias, tradicionalmente, estas no han sido muy explosivas, sino coladas de lava. Las víctimas generalmente se han producido por los terremotos, por eso me preocupan más los terremotos que la eventual erupción". Las casas de El Hierro no tienen aspecto, al menos a primera vista, de ser las más resistentes del mundo.
Pérez considera que es probable que haya una erupción "no sería raro" aunque el proceso está lleno de incertidumbres, entre otras cosas porque en El Hierro no hay un único gran volcán, sino centenares de bocas. Así que nadie sabe en qué lugar puede surgir la lava (si surge).
El vulcanólogo explica que antes de la erupción del Teneguía, en 1971, en la isla de La Palma, la población sintió unos 90 seísmos. En El Hierro los temblores fueron imperceptibles durante dos meses, pero desde el viernes pasado son muchos los que la población ha podido sentir. La proliferación de seísmos ha generado temores entre la gente. "No deben seguir la rumorología, sino los mensajes oficiales, aunque estén equivocados", resume Pérez, que elude la posible discrepancia entre científicos sobre la inminencia de la erupción. "Dicen que la probabilidad es baja porque es de un 10%. ¿Quién subiría a un avión si sabe que tiene un 10% de posibilidades de estrellarse?", apunta.
En caso de que llegue una erupción, Pérez teme más a los curiosos que a las coladas de lava. "No podemos poner un guardia civil en cada metro. En una erupción típica de Canarias las lavas son viscosas y no corren demasiado, pero emiten CO2 que no se ve y si alguien se acerca demasiado se puede intoxicar".
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