Ocho países castigan la homosexualidad con la muerte
Ocho países -Afganistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Mauritania, Nigeria, Sudán y Yemen- tienen legislaciones que castigan la conducta homosexual con la pena de muerte. Otros 85 gobiernos mantienen condenas de cárcel, flagelación, internamiento en psiquiátricos o campos de trabajo para los hombres o mujeres que mantengan relaciones con personas de su mismo sexo.
La lista fue presentada ayer con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, que se celebra hoy. Es un poco más amplia que la de finales de los noventa -media docena de países con pena de muerte y unos 80 con castigos legales-, y la ha elaborado la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays, con las españolas Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya (CGL).
La buena noticia es que en algunos países la legislación no se aplica -en Afganistán, por ejemplo, no hay pena de muerte desde la caída del régimen talibán-, y que en bastantes de ellos el lesbianismo no se castiga. Aunque este último aspecto también tiene otra lectura: en la mente de los legisladores ni siquiera entra la posibilidad de que una mujer ame a otra, según critican las asociaciones.
Países de la UE
Otro punto oscuro es el de países que no salen en la lista, pero mantienen actitudes homófobas. En Polonia, miembro de la Unión Europea, su ministro de Educación, Roman Giertych, insistió ayer mismo en prohibir cualquier información sobre homosexualidad en las escuelas, con el argumento de que debe frenar "la propagación" de esa "amenaza".
También hay problemas en Rusia, donde el alcalde de Moscú insiste en prohibir la marcha del Orgullo Gay, prevista para el 26 de mayo, por ser una actividad "satánica", una actitud parecida tiene su colega de Chisinau (Moldavia). El año pasado, la marcha de Moscú acabó con decenas de heridos. En Israel, este año, los representantes de las tres religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo y musulmanes- se unieron para impedir que la manifestación recorriera el centro de Jerusalén.
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