Un nuevo homínido da pistas sobre el origen del hombre
La especie vivió en África hace casi dos millones de años
Una nueva especie de homínidos, tal vez ancestral de la línea evolutiva humana, ha hecho su aparición en la paleontología mundial de la mano de dos esqueletos fósiles parciales, uno de un joven de 10 a 13 años y otro de una hembra de unos 30. Tienen rasgos antiguos, de los australopitecos que precedieron al género Homo, pero también algunas características más evolucionadas, como los dientes pequeños, y, con sus casi dos millones de años, suman todos los ingredientes para suscitar la fascinación de los científicos que estudian la transición crítica -precisamente en aquella época- que daría origen a los Homo erectus, la primera especie humana que salió de África.
Sus descubridores creen que la nueva especie, bautizada Australopithecus sediba, está en nuestra línea evolutiva precisamente como antecesor de H. erectus. Según otros expertos, podría tratarse de un australopiteco paralelo a la línea evolutiva humana y que se extinguió.
El primer fósil de A. sediba, una clavícula, no lo encontró el paleontólogo Lee Berger (Universidad de Witwatersrand) que hoy presenta el hallazgo en la revista Science, sino su hijo de nueve años, Matthew, que acompañó a su padre en la excursión de rastreo por una zona de cuevas cercana a Johannesburgo, seleccionada con ayuda del Google Earth. Fue el 15 de agosto de 2008, y si Mattew encontró el fósil nada más llegar al lugar (Mapala), igualmente rápido fue el padre, que giró la roca que le mostró su hijo y encontró una mandíbula con un diente. Eran las primeras piezas del individuo joven. Menos de un mes después, Berger, acompañado por una docena de colegas en esa ocasión, descubrió el segundo esqueleto, el de la hembra.
Cerebro pequeño
Los científicos explican que aquellos individuos medirían 1,27 centímetros de altura; la hembra pesaría unos 33 kilos y el chico unos 27; tenían un cerebro pequeño (entre 420 y 450 centímetros cúbicos frente a los 1.200/1.600 del nuestro); sus dientes eran pequeños, sus brazos y piernas largas, y las manos fuertes.
Los fósiles han sido datados por Paul Dirks (Universidad James Cook, Australia) y sus colegas mediante diversas técnicas y afirman que tienen una edad de entre 1,95 y 1,78 millones de años.
Los fósiles están bien conservados, probablemente porque aquellos dos homínidos, y otros animales cuyos restos aparecen alrededor en los sedimentos, cayeron a una cueva y fueron arrastrados hasta una laguna subterránea y no accedieron a ellos los carroñeros.
Berger afirma que no se puede fijar con exactitud la posición de su A. sediba en el árbol evolutivo de los homínidos ni su relación con los primeros Homo. Pero dice: "Podemos afirmar que esta nueva especie comparte más rasgos derivados con los Homo primitivos que otras especies de australopitecos conocidas y, por tanto, puede ser ancestro del género Homo o un grupo hermanado con un antecesor previo que sobrevivió durante un tiempo después de la aparición del Homo".
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