El muñeco que las niñas pueden amamantar escandaliza en EE UU
"Ponte el top. Acerca el bebé a la flor. Tras el amamantamiento hazle eructar. Acuéstale dándole su chupete". Son las instrucciones de uso del Bebé Glotón, un muñeco al que la niña puede dar la teta. Salvando las distancias, claro. El juguete, que se comercializa con éxito en España desde 2009, ha causado un gran revuelo en EE UU y Gran Bretaña, donde salió a la venta hace tres semanas.
"El muñeco promueve la sexualización de las niñas", afirma la cadena ABC. El juguete, que cuesta 39,50 euros, se acompaña de un top, que debe colocarse la niña, decorado con dos flores que simulan unos pezones. Al colocar los labios de plástico del bebé ficticio sobre las aureolas, reacciona a un sensor instalado en ellas y simula la succión.
"Hasta ahora las niñas solo podían alimentar a sus bebés artificialmente, con biberón, ahora pueden hacerlo como sus madres", afirma César Bernabéu, director de ventas y marketing de Berjuán, la empresa de Alicante que ideó el juguete. "Sabíamos que era un producto que podía despertar rechazo, pero no esperábamos esto", dice Bernabeu.
La crítica más dura ha sido de la cadena FOX. En el show The O'Reilly Factor tacharon al muñeco de "incitar a la pederastia". En respuesta, Berjuán ha grabado un vídeo en el que reta al presentador, Bill O'Reilly, a que los invite al programa.
Bernabéu reconoce que el proyecto es arriesgado y que antes del lanzamiento hicieron muchas pruebas para "limar asperezas", especialmente en el diseño del top. El resultado fue posible gracias a la colaboración del Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU) y al dinero de subvenciones.
Una encargada de asesorar a padres en las campañas de Navidad se sorprende por la polémica: "Aquí los padres estaban encantados, sobre todo los que acababan de tener un segundo niño: madre e hija alimentaban a la vez a sus pequeños". En España, se han vendido más de 30.000 unidades entre 2009 y 2010. "Hay muchas cosas que son naturales, pero los niños no tienen que imitarlas necesariamente a los cinco años", afirma la periodista Lisa Belkin en la web de The New York Times. El mismo recelo tiene una madre británica que afirma que no le compraría ese juguete a su hija porque "no es algo que tenga que aprender a esa edad". Sin embargo, asociaciones prolactancia y algunos médicos, como la doctora del 12 de Octubre Carmen Pallás, han mostrado su apoyo al juguete. Algunos incluso han solicitado muñecos para hospitales donde trabajan.
El entusiasmo de los niños no siempre es el de los padres, que son quienes compran. En una juguetería madrileña una pareja se escandaliza ante la idea de regalárselo a su hija. La niña, en voz baja pero con los ojos muy abiertos contesta: "¿Dónde está el muñeco?"
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