Los gais turcos desafían el miedo
Estambul celebra el día del Orgullo mientras aumenta la represión en Turquía
Ataviados con los colores del arcoíris, miles de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales turcos protestaron ayer al grito de "no nos callarán, existimos" en las calles de Estambul. El ambiente era festivo, pero el miedo se podía palpar: ante una cámara de fotos desconocida, los manifestantes se cubrían el rosto. Solo en 2010, 16 personas fueron asesinadas por su orientación sexual en Turquía, según un informe de Amnistía Internacional de hace unos días. Sin embargo, esa organización sospecha que el número sea mayor.
"Llevamos 19 años manifestándonos. Al principio eran 30 personas. En 2009 tan solo acudimos 200. La policía nos acorraló y nos embistió con tanquetas. Este año somos 5.000. La gente está perdiendo el miedo, pero aún queda mucho por hacer" explica Olivier Cerri, activista francés conocido por el apodo de Kaptain Bear.
A pesar de que Turquía ofrece más libertad a los homosexuales que otros países musulmanes, este colectivo sigue haciendo frente a problemas de violencia y discriminación. Según un reciente estudio de la universidad de Bahçesehir, el 60% de los turcos no querría tener a un homosexual como vecino. El prejuicio aumenta en los barrios populares de las grandes ciudades y en las zonas rurales, donde la presión social puede llevar a las familias encerrar o a asesinar a sus familiares homosexuales. "El miedo hace que muchos gais en Turquía se vean obligados a llevar una doble vida. Es esquizofrénico" confiesa Ibraim Can. Su pareja fue asesinado por su familia hace tres años.
El informe de Amnistía Internacional también culpa a ciertos políticos de alentar la homofobia. Como ejemplo señala a Aliy Kavaf, ministra de Asuntos de la Mujer y Familia, que definió la homosexualidad como "desorden biológico y enfermedad a tratar".
La situación empeora en el caso de los transexuales. Generalmente repudiados por sus familias, la mayoría se ve abocada a prostituirse en las ciudades, donde son víctimas de los abusos policiales. Según Amnistía Internacional, bajo los cargos de alteración del orden público, las transexuales son detenidas y llevadas a las comisarias de policía donde son a menudo vejadas y torturadas. Muchas no se atreven a denunciar los abusos. Y es que en Turquía "no existe una ley que criminalice la homosexualidad, como en otros países musulmanes, pero tampoco existe un marco de protección legal, lo que les deja desamparados cuando buscan ayuda", dice el informe de la ONG.
"Que la sexualidad es un asunto privado no puede ser excusa. Necesitamos leyes que nos protejan. El debate debe llegar a la arena política" exigen los colectivos de gais y lesbianas de Estambul.
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