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El ex novio de Marta confiesa que la mató y arrojó al Guadalquivir

La policía busca el cadáver de la chica sevillana donde Miguel les ha señalado

Miguel Carcaño Delgado, de 20 años, confesó ayer haber matado a la joven sevillana Marta del Castillo y arrojado su cuerpo al Guadalquivir. El presunto homicida y la víctima habían sido novios unos meses hace ya más de un año, pero seguían quedando de vez en cuando. Se vieron por última vez la tarde del sábado 24 de enero, el día que desapareció Marta, de 17 años. El joven fue detenido el viernes y ayer contó a la policía que la pareja se enzarzó en una discusión y él acabó golpeándole en la cabeza con un cenicero, según fuentes próximas a la investigación. En ésta participan el Grupo de Homicidios de la Brigada Central de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y compañeros de la Jefatura de Policía de Sevilla.

El joven se vino abajo al mostrarle la policía el cenicero con el que la golpeó

Los hechos, según las fuentes, ocurrieron en casa del joven, en la calle León XII de Sevilla. Cuando Miguel se dio cuenta de que Marta estaba muerta, decidió deshacerse de ella tirándola al Guadalquivir, donde un dispositivo policial buscó sin éxito el cadáver durante toda la tarde de ayer. Del lugar del crimen al río hay en linea recta poco más de un kilómetro, aunque el sitio exacto desde el que Miguel ha confesado haber arrojado el cuerpo está algo más alejado. Las fuentes consultadas no han aclarado por qué medios había sido trasladado el cadáver hasta ese punto. Pero hay sospechas de que fue en una silla de ruedas de minusválido que perteneció a la madre de Miguel.

Para deshacerse del cuerpo, Miguel contó supuestamente con la ayuda de uno de sus mejores amigos, Samuel B., de 20 años, que también está detenido. En su caso, la policía le acusa de haber actuado como cómplice al colaborar con el presunto homicida para arrojar el cadáver por un puente peatonal poco transitado que cruza el Guadalquivir. Varias fuentes señalaron que el segundo detenido participó desde la primera noche con la familia y los amigos de Marta en la búsqueda de la joven, por lo que la policía sospecha que ayudó a Miguel y se desplazó después al barrio de la chica para aparentar normalidad.

Samuel siguió colaborando en la búsqueda de Marta durante las tres semanas transcurridas desde su desaparición e incluso participó en alguna de las manifestaciones convocadas para recordar a la joven, por lo que sus amigos no podían creer ayer que había fingido desde el principio. "Lo de Samuel es lo más bestia. ¿Cómo ha tenido la cara de acompañarnos con las pancartas y luego en la misa decirnos que no llorásemos porque Marta iba a aparecer viva?", se asombraba ayer Alfredo, un amigo de la víctima.

Miguel, el presunto autor del crimen, vivía en Sevilla, pero se había trasladado recientemente a Camas, según sus amigos, a la casa de los padres de otra chica, una joven de 15 años, que está embarazada y de la que espera un hijo. Él sí que había sido señalado desde la primera noche por el círculo más cercano a la víctima como sospechoso de la desaparición de Marta. Lo último que dijo la muchacha a sus padres antes de salir de casa la tarde del 24 de enero fue que había quedado con él para "aclarar" un asunto. Por eso, cuando los padres empezaron a preocuparse por su tardanza y al no conseguir dar con ella por teléfono móvil, llamaron a Miguel. Una amiga de la familia acudió a casa del joven y consiguió hablar con él. Éste aseguró haber dejado a Marta en el portal de su casa sobre las nueve de la noche y dijo no saber qué le podía haber pasado después. La mujer destacó ayer la "tranquilidad" que aparentó Miguel dado que no pareció "preocupado" por la ausencia de su amiga.

A partir de ese momento, fue difícil volver a contactar con él. Su teléfono solía estar desconectado y no se le vio en las batidas organizadas para buscar a Marta. La policía le interrogó en varias ocasiones, pero siempre negó tener algo que ver con los hechos. Los agentes, que le seguían el rastro y han registrado en las últimas semanas su domicilio y los lugares que frecuenta, creyeron por fin el viernes tener indicios suficientes para detenerle. Le volvieron a interrogar durante varias horas, pero no confesó hasta que se vio acorralado por sus propias contradicciones en el relato de lo que hizo la tarde y la noche del 24 de enero y por lo que contaba su amigo Samuel. Fuentes de la investigación señalaron que Miguel se derrumbó definitivamente cuando la policía le enseñó el cenicero con el que supuestamente golpeó a la víctima.

Los agentes llevaban ya varios días rastreando el río ante sus sospechas de que el cuerpo de Marta podía estar allí, pero la búsqueda se intensificó en la mañana de ayer cuando el presunto autor confesó los hechos. A primera hora de la tarde se puso en marcha un dispositivo bajo la coordinación del comisario jefe de la Policía Judicial de Sevilla y en el que participan helicópteros, buzos y grupos especiales de la Policía Nacional y la Guardia Civil; la Unidad Militar de Emergencia; los bomberos, protección civil, y personal de la Autoridad Portuaria de Sevilla. La búsqueda, que no dio resultados, tuvo que suspenderse a la caída del sol.

Mientras, la familia de Marta sigue recluida en su casa a la espera de noticias. El portavoz y tío de la joven, Javier Casanueva, leyó por la tarde un comunicado para pedir que "cambie la justicia" porque, en su opinión, "no se debe ser blando con asesinos fríos y calculadores como éstos".

Esta información ha sido elaborada por Reyes Rincón, Javier Martín-Arroyo y Jesús Duva.

Rastreo en el Guadalquivir en busca del cadáver de la sevillana desaparecida en enero y cuyo ex novio ha confesado el crimen.
Rastreo en el Guadalquivir en busca del cadáver de la sevillana desaparecida en enero y cuyo ex novio ha confesado el crimen.ALEJANDRO RUESGA
Miguel Carcaño y Marta del Castillo, en una imagen de hace más de un año.
Miguel Carcaño y Marta del Castillo, en una imagen de hace más de un año.

"Ella todavía le quería"

"Marta era especialmente inocente. En el fondo, seguía queriendo a Miguel y era un perrito faldero. Él le decía: como te vea con otro, verás. Yo como, pero no te dejo comer". Así describe Alejandra, amiga íntima de la víctima, su relación con el supuesto homicida, con quien mantenía una relación intermitente.

Miguel y Samuel, los dos detenidos por su implicación en la desaparición de Marta estaban unidos a la pandilla del barrio de la joven, pero eran algo mayores (la chica y la mayoría de sus amigos tienen 17 años y ellos 20) y más lanzados que el resto "con los porros y botellonas". "Desde Navidades, Miguel se había echado novia en Camas, pero ese día apareció por el barrio y Marta quiso hablar con él", recuerda Alejandra. Otros amigos contaban ayer que el presunto homicida siempre ha sido "muy chulito" con las chicas, "aunque se achantaba más con los tíos".

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