El ecoturismo como locomotora

En 2010, el turismo generó 693.000 millones de euros en ingresos por exportación y movió a 940 millones de personas por toda la Tierra, según datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT). Dentro de esta industria, una de las mayores del planeta, el turismo eco se perfila como su sector más pujante, junto con el cultural, y como una herramienta para salir de la crisis e iniciar el camino hacia una economía verde, según apuntaba la OMT en 2009.

En España se asocia sobre todo con la escapada rural, aunque no basta con montar un hotel en el campo para colgarse el cartel de sostenible. Ni mucho menos. El suministro eléctrico del Hotel Posada del Valle, en Asturias un buen ejemplo de alojamiento concienciado, procede de energías renovables; su cocina se nutre de productos locales y biológicos, con opción vegetariana; sus dueños evitan las botellas no retornables y el menaje de plástico, forman medioambientalmente a sus empleados y procuran hacerlo también, en la medida de lo posible, con sus huéspedes.

Los destinos verdes se perfilan como una solución para sortear la crisis, pero para colgarse el cartel de sostenible no basta con montar un hotel rural en el campo

Un 80% de sus clientes son extranjeros, más concienciados en este terreno que los españoles, respetuosos con su entorno y dispuestos a pagar un plus para que su hospedaje, o su menú, también lo sean, según detecta Nicolas Fenouil. Este empresario acaba de abrir una guía interactiva que agrupa en un solo mapa todas las iniciativas verdes del sector en España. Hoteles, restaurantes y tiendas que se pueden buscar por nombre o por localización geográfica. Más adelante quiere incorporar otros negocios como bodegas de vino o almazaras. Fenouil está convencido de que el ecoturismo es la asignatura pendiente, el gran filón por explotar en nuestro país e, incluso, el futuro del turismo. En paralelo, y según destacan algunas voces, la fórmula de sol y playa se agota o, como mínimo, necesita una reformulación.

El portal ecotour ofrece un completo catálogo de alojamientos de turismo rural y agroturismo comprometidos con el desarrollo sostenible, complejos donde avistar pájaros, comer sano o realizar actividades en la naturaleza. La mayoría son iniciativas particulares, casas, hoteles, granjas, albergues, incluso campings. Pero que comienzan a unirse en redes, como la francesa Accueil Paysan (Vacaciones en la Granja, en francés e inglés), con socios en Andalucía, Asturias, Cataluña, País Vasco, Galicia y Navarra.

CERESse llama la primera red de alojamientos turísticos en España con certificación medioambiental internacional: tiene como referencia el sistema de calidad de ECEAT (European Centre for Ecological and Agricultural Tourism) y está auspiciada por la Fundación Ecoagroturismo. Los establecimientos adscritos gestionan eficientemente los recursos (bombillas de bajo consumo, reutilización de agua, reciclaje) y además divulgan las excelencias de un turismo medioambientalmente responsable.

En cuanto al apartado comida, proliferan también los proyectos personales, como el Club Ecológico Cuesta de Patas, en Cuenca, con 3.000 metros de huerto ecológico, granja de animales en semilibertad, jardines, cuadras y tierras de cultivo. Pero se empiezan a encontrar algunos ejemplos colaborativos. Como Terra Madre, asociación de slow food de origen italiano que cuenta con 59 restaurantes Km. 0 en España: cocina local, de temporada y de calidad. O los Restaurantes Andaluces con Productos Ecológicos (RAPE), pertenecientes a la Asociación de Restaurantes y Sumilleres de Andalucía (AGRAS) y con certificado ecológico.