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El coche eléctrico se convierte en tabla de salvación para la industria

Los fabricantes esperan que Obama incentive el tránsito al automóvil 'limpio'

En plena crisis del sector, tras haber solicitado 13.000 millones de euros al Congreso en un plan de rescate para evitar el cierre inminente de diversas plantas de fabricación de coches, las grandes compañías de motor de Estados Unidos se han lanzado a la que defienden como su gran opción de futuro. El coche eléctrico, con sus ventajas e inconvenientes, se ha convertido en una tabla de salvación a través de la cual las empresas radicadas en Detroit, la meca del motor en Norteamérica, tratarán de asegurarse una continuidad en los años venideros.

Gracias a los avances en las baterías, el coche eléctrico se ha impuesto como prioridad frente a otras alternativas limpias como la pila de hidrógeno. La nueva generación de vehículos saldrá a la calle a partir del año próximo sin que por ahora esté resuelto el principales desafío para su utilización en masa: que exista una infraestructura para recargarlos en la red, o bien un sistema de sustitución rápida de baterías.

Los vehículos saldrán a la calle en 2010 y aún no se ha resuelto su recarga
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Chrysler ha sido la empresa que se ha mostrado más optimista respecto al futuro del coche eléctrico, augurando unas ventas anuales de unos 100.000 coches en 2013. Por su parte, General Motors confía en satisfacer una demanda de 60.000 automóviles cuando ponga en venta su primer coche eléctrico en 2010.

La estrella de la Feria Internacional del Automóvil, que se celebra en Detroit hasta el 25 de enero, ha sido el nuevo prototipo de Chevrolet Volt, un híbrido alimentado simultáneamente por una batería eléctrica y por un motor de gasolina de tres cilindros. Con las baterías totalmente recargadas, este coche podría recorrer unos 64 kilómetros al día, según el fabricante, General Motors. Un a vez agotadas estas reservas, un generador alimentado por gasolina recargará la batería.

En un cambio de tono respecto a años anteriores, el presidente de General Motors, Richard Wagoner, proclamó que este prototipo de coche eléctrico "será crucial para el éxito futuro".

Chrysler, por su parte, presentó varios prototipos, entre ellos el futurista 200CV EV Concept y un nuevo Jeep Patriot, ambos alimentados por baterías eléctricas. Sin embargo, la empresa no aclaró ningún plan de fabricación ni si estos modelos llegarán a ver, finalmente, las carreteras.

Sumida en una grave crisis -ha cerrado sus plantas de fabricación un mes para recortar gastos y ya ha recibido 3.000 millones de euros en ayudas gubernamentales-, Chrysler confía en que la investigación en motores eléctricos abra la puerta a nuevas inversiones por parte del gobierno.

Según diversos congresistas demócratas, el presidente electo Barack Obama condicionará las ayudas al motor incluidas en el nuevo Plan de Dinamización Económica -que se planea que sea de 600.000 millones de euros- al hecho de que los fabricantes dediquen fondos a la investigación y el desarrollo de coches eléctricos.

"Me sorprendería muchos que en este Plan de Estímulo no hubiera el compromiso de una importante cantidad al desarrollo de baterías eléctricas", dijo el senador de Delaware Tom Carper en una entrevista a The Detroit News. "Si vamos a destinar tanto dinero al desarrollo de baterías, es muy importante para mí y mis compañeros del Senado que esas baterías se fabriquen aquí en América".

Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el coche eléctrico es, de hecho, el de la duración media de la carga de sus baterías, que en el caso de los híbridos ronda los 60 kilómetros, lo que podría satisfacer las necesidades de los ciudadanos en su vida diaria pero que no sería suficiente para largos trayectos.

Algunas empresas han comenzado a investigar cómo facilitar la recarga de estas baterías. El proyecto Better Place, por ejemplo, está intentando crear una red de estaciones en las que se repondría las baterías de fosfato de litio-hierro que consumen estos coches. Por ahora, el proyecto se ha probado con dos modelos: el Renault Mégane y el Nissan eRogue.

"Será un sistema más barato que el que tenemos en este momento. El precio de consumo de un coche operado con gasolina es de 78 centavos de dólar por milla. En cambio, el de este coche eléctrico no superará los 32 centavos", explica Shai Agassi, que dirige Better Place desde California. "Además, con diversas alianzas estratégicas podríamos crear una red de estaciones de servicio eléctricas donde reponer las baterías, que funcionarían como ahora funcionan las gasolineras. El cambio sería rápido y barato. Es el sistema del futuro".

El FT-EV, modelo híbrido de Toyota, en el Salón del Automóvil que se celebra en Detroit.
El FT-EV, modelo híbrido de Toyota, en el Salón del Automóvil que se celebra en Detroit.AFP

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