Los científicos detectan por primera vez osas cantábricas que no hibernan
Los expertos apuntan al calentamiento como posible causa del comportamiento
Las enciclopedias aseguran que los osos pasan los meses más fríos hibernando por falta de alimento en el exterior. No del todo correcto. Los naturalistas de la Fundación Oso Pardo (FOP), que vigilan la población de 130 osos de la cordillera cantábrica, han descubierto en los últimos años que las osas con crías no siempre hibernan. El presidente de la Fundación y coordinador de la estrategia nacional para la conservación del oso, Guillermo Palomero, explica que "si el invierno es suave, a las osas les compensa salir a buscar alimento porque es energéticamente rentable". Los expertos apuntan a que el comportamiento puede deberse a que los inviernos son más suaves aunque no hay forma de demostrarlo: hace décadas no se seguía tanto a los osos.
En la montaña palentina, las cuadrillas de la FOP han detectado actividad de osos todo el año. "En esa zona hiela todo el invierno y podemos seguir a la perfección las huellas de un grupo, como si estuvieran radiomarcados", explica Palomero. La FOP es una organización con financiación del Ministerio de Medio Ambiente y las comunidades autónomas en las que viven los osos. Hasta ahora había algunos indicios de actividad en los meses más fríos, pero en los últimos tres años, los expertos lo ha constatado "con certeza absoluta", según Palomero. No son todos los osos, sino algunas osas que en primavera han tenido crías. "A las osas con crías les compensa energéticamente salir a buscar alimento para recuperarse si ha sido una buena temporada de frutos y hay poca nieve", señala Palomero. Los osos pueden llegar a perder hasta un 40% de su peso en la hibernación. Además, los guardas de la FOP constatan "que el periodo de hibernación se acorta".
La duda es si siempre ha habido osas que no hibernan o si hay un cambio de comportamiento debido al calentamiento. El profesor de Geografía de la Universidad de Cantabria y experto en Climatología Juan Carlos García Codrón explica que "los datos meteorológicos en alta montaña son escasos pero parece que el calentamiento se nota más que en los valles, donde se acumula el aire frío. Con cautelas por los escasos datos, hay una reducción de las nevadas y del tiempo que la nieve permanece, lo que facilita el acceso al alimento". Como el otoño llega más tarde y la primavera se adelanta "los osos tienen un mes más de acceso a la comida", según García Codrón: "No se puede demostrar que la no hibernación se deba al calentamiento, pero va en la misma dirección que todos los indicios".
El oso cantábrico, una de las especies emblemáticas amenazadas como el lince o el águila imperial, se está recuperando. De los entre 70 y 90 osos que había en los a principios de los 90 ha pasado a unos 130 ejemplares. En el Pirineo, un cazador francés abatió hace dos años la última osa autóctona.
En ningún otro lugar de Europa hay documentados osos con actividad todo el año. Aun así es imposible saber si el comportamiento se debe al cambio climático o, simplemente, ha sido siempre así y nunca se había visto. La duda surge principalmente por una extraña cita en El libro de la montería, de siglo XIV. Allí, el cronista describe: "Y dice el rey que las osas que traen fijos y que son de medio año no fechan y la razón es que no la dejan descansar". García Codrón resume: "Puede que el rey fabulase y el cronista se lo atribuye sin darlo por cierto, pero el siglo XIV coincide con un periodo de clima benigno en la Península". Es la primera referencia conocida a osos que no hibernan. Hasta ahora.
Las golondrinas adelantan 10 días su migración...
Que los osos no hibernen es un cambio drástico, pero los animales llevan años respondiendo al calentamiento. Las aves son los mejores indicadores del cambio, ya que no tienen las restricciones de movimiento de otros animales. Las golondrinas han adelantado su llegada a España unos 10 días en 30 años, según el Instituto Nacional de Meteorología y muchas cigüeñas pasan el invierno en España. Además, aves propias de África como el camachuelo trompetero se han visto ya en el Delta del Ebro. Otro pájaro, el Papamoscas cerrojillo, ha visto descender su éxito reproductor debido a la subida de la temperatura en mayo.
... y las plantas suben hacia zonas más frías
Los árboles no se mueven pero los bosques sí se desplazan. En las últimas décadas se ha constatado en España y en otras partes del mundo desplazamientos de plantas a zonas más altas y a mayores latitudes. Los árboles buscan climas ideales y si la temperatura aumenta hay que subir más alto. Los expertos denominan estos fenómenos "migraciones altitudinales". Así, comparando con fotografías antiguas, los científicos han visto hayas y brezos a 1.700 metros en el Montseny (Barcelona) donde en 1945 no había ni una mata. En Peñalara (Madrid) han proliferado los enebros por encima de los 2.300 metros desde 1957.
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