Cinco años para lograr las ocho metas
La nube de la recesión pasó. Y aunque la recuperación sigue siendo anémica, el momento es el adecuado para revitalizar la maquinaria puesta en marcha hace 10 años para combatir la extrema pobreza, el hambre, la enfermedad y la desigualdad. "No hay proyecto global más gratificante que los Objetivos del Milenio", dijo el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Las grandes palabras y las buenas intenciones dominaron el arranque de la cumbre que reúne hasta mañana en Nueva York a los líderes mundiales, para revisar lo que va bien y lo que va mal en el proceso. Pero para alcanzar los logros marcados para 2015 -erradicar la pobreza extrema y el hambre, educación universal, igualdad entre géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el sida, fomentar una asociación mundial y sostenibilidad del medio ambiente-, hay que actuar. Como señaló el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, la crisis provocó avances desiguales y retrocesos.
"La fuerza de una comunidad se mide por el bienestar del más débil", reiteró el presidente de la Asamblea General, Joseph Deiss, mientras decía que el golpe de la recesión y los ajustes presupuestarios no deben ser excusa para reducir el esfuerzo al desarrollo. "No hay lugar a la indiferencia ante la miseria y el sufrimiento del otro", remachó el suizo.
Uno tras otro, los dignatarios expusieron su fórmula para ayudar a los más vulnerables. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, retomó la idea de crear un impuesto global a las transacciones financieras. Japón, Corea del Sur, Brasil, Noruega y otros países apoyan iniciativas en este sentido, pero grandes potencias como EE UU son reacias a este tipo de impuestos.
Ban insistió en este sentido que se debe actuar con "inteligencia" y ser "innovadores", para concentrar los instrumentos a disposición y los recursos allí donde se pueden conseguir mejores resultados. Citó en concreto las medidas a favor de la salud y la igualdad de la mujer. Amnistía Internacional calcula que el 70% de las personas que viven en la miseria son mujeres.
Las organizaciones no gubernamentales que siguen el proceso, como Oxfam, están siendo muy críticas. Consideran que los líderes mundiales están fallando a los 1.200 millones de personas atrapadas en la miseria. Y ponen una cifra más: los 5,3 millones de mujeres que murieron desde la adopción de los Objetivos del Milenio por complicaciones en el embarazo.
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