Zapatero propone un 0,7% del PIB para energía limpia

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso ayer que los países desarrollados dediquen el 0,7% de su PIB (unos 8.000 millones de euros anuales para España) a la cooperación para el desarrollo de tecnologías no emisoras de carbono. Este fondo sería independiente del destinado a la ayuda al desarrollo, cuyo objetivo es también el 0,7% del PIB, y permitiría el acceso libre a las nuevas tecnologías sobre energías renovables, gestión del agua o alerta climática sin pagar el peaje que suponen las patentes. Zapatero hizo esta propuesta en la reunión de Alto Nivel sobre Cambio Climático.

La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, se mostró satisfecha con el desarrollo de la reunión, especialmente por los compromisos concretos adquiridos por algunos países muy significativos, como China y Japón, aunque advirtió que todavía falta que los negociadores y técnicos traduzcan en acuerdos de cara a la cumbre de Copenhague la voluntad política expresada por los líderes.

En estos momentos el texto es casi imposible de manejar, agregó, tenemos 200 páginas con más de 2.000 corchetes. Necesitamos claridad. Ribera apoyó la propuesta del presidente de Francia de crear una organización mundial sobre medio ambiente, aunque subrayó que lo más urgente es coordinar a todas las agencias que ya trabajan en la materia, y evitó pronunciarse sobre la posibilidad de celebrar una nueva cumbre al máximo nivel antes de Copenhague.

La cumbre del clima apenas arrancó más que declaraciones de intenciones. Eso sí, la industria de la aviación tenía previsto, al cierre de esta edición, poner cifra a su compromiso en la lucha contra el cambio climático: una reducción del 50% de las emisiones de dióxido de carbono para 2050 sobre los niveles de 2005, según un acuerdo alcanzado por las aerolíneas, según avanzó The Guardian.

El pacto puede impulsar al alza los precios de los billetes aéreos en un sector que contribuye, según la ONU, en un 2% a las emisioncs globales de CO2. La contaminación de la aviación internacional no se incluyó en el protocolo de Kioto hace 12 años.