La Universidad de California planta cara a la revista 'Nature'
La institución estadounidense amenaza con un boicoteo ante el aumento del precio de las publicaciones que le ha anunciado el grupo editorial
Lo que debía haber sido una discreta negociación sobre el precio de la suscripción a las 67 revistas científicas del grupo Nature para la Universidad de California (UC) se ha convertido en una bronca abierta, con acusaciones y amenazas entre los editores y los responsables de la biblioteca de la prestigiosa universidad estadounidense. La UC está considerando un boicoteo total a las revistas del grupo Nature, incluida la publicación de resultados científicos por parte de los californianos, cualquier actividad de revisión de textos y de asesoría, así como la inserción de anuncios en sus páginas. Es más, mientras se soluciona el conflicto, la biblioteca de la universidad sugiere a sus investigadores que publiquen sus trabajos en alguna revista competidora y de acceso abierto, como las Plos.
Según la UC, el incremento que pide el grupo Nature para renovar la suscripción en 2011 es de un 400%, "un incremento de magnitud sin precedentes", afirman los responsables de la biblioteca en una carta abierta que han dirigido a todos los miembros de la universidad. Si el precio medio actual de una revista de este grupo es de 4,465 dólares (3,70 euros), el precio propuesto para el año que viene sería de 17,479 dólares (14,52 euros). La aceptación de la nueva tarifa supondría un coste superior a un millón de dólares al año.
El grupo Nature ha respondido, también en una carta abierta. Manifiesta, primero, su protesta ante el hecho de que los estadounidenses hayan dado el paso de hacer pública esta negociación que lleva en curso varios meses y que, en su opinión, era "confidencial". Les acusán de "sensacionalismo". Pero, sobre todo, los de Nature afirman que es "absolutamente falso" que hayan propuesto una subida abusiva, recordando que la UC disfruta de un descuento en sus suscripciones de un 88% respecto a la tarifa, lo que supone que las otras instituciones suscritas a sus revistas están "subvencionando" a la universidad californiana. Su intención con los nuevos precios de 2011 es reducir ese descuento de un 88% a un 50%. Además, puntualizan los responsables del grupo editorial, la biblioteca de la UC en realidad es un consorcio de muchas bibliotecas.
Las quejas debidas al coste de las revistas científicas más prestigiosas por parte de las instituciones son corrientes en todo el mundo, pero ha tenido que ser una tan potente como la UC la que esté dispuesta a actuar y con una acción pública. Las revistas son caras y los científicos que publican en ellas sus resultados de investigación no cobran nada por esos artículos; es más, en algunos casos tienen que pagar para hacerlo, una vez que su artículo ha sido evaluado y aceptado. Pero, a la vez, muchos científicos de las mismas instituciones realizan, sin cobrar, la evaluación de los artículos de sus colegas. Los responsables del grupo Nature argumentan que publicar trabajos científicos es muy costoso, que sus revistas bien valen lo que cuestan y que la única solución es mantener alto el precio de las suscripciones o cobrar a los investigadores que desean presentar en ellas sus trabajos.
La UC subraya que sus profesores y científicos han contribuido, a lo largo de los últimos seis años, con unos 5.300 artículos en las 67 revistas del grupo, de los cuales 638 directamente en su buque insignia: Nature. Del conflicto se hace eco esta semana la revista que es su principal competidora, es decir, Science.
En su carta de fecha 4 de junio a todos los miembros de la UC, los responsables de la biblioteca de la misma explican que si no se alcanza una solución les pedirán que boicoteen a Nature en todos los sentidos para impedir sus "tácticas monopolistas". Señalan también que ya en 2003, la universidad hizo un boicoteo contra otra editora científica, Cell Press, del grupo Elsevier, por motivos similares y que ganó. El biólogo molecular Keith Yamamoto lideró aquella acción y está dispuesto a emprender otra, advierte la carta. Además, cuando el grupo Nature adquirió la revista Scientific American, duplicó las tarifas de acceso por Internet y multiplicó por siete el precio de la suscripción de la edición impresa; la respuesta de la UC fue reducir el acceso y las suscripciones.
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