La Roma antigua: cultura del reciclaje y la reutilización
Desde los inicios del Imperio, los romanos depositaban los elementos residuales fuera de la población
Mientras que en pleno siglo XXI, con los avances científico-tecnológicos y la globalización se continúa aún reflexionando y debatiendo sobre la preservación de la ecología, en la antigüedad, los romanos reutilizaban y reciclaban más que el hombre actual.
El arqueólogo cacereño Jesús Acero, experto en los vertederos (basureros)de la provincia romana de Lusitania, los puticulum o pudrideros, ha explicado que, tanto los documentos que hablan de los residuos en el Imperio como los restos hallados, confirman que la conciencia medioambiental romana era superior a la actual.
Acero, quien lleva cinco años estudiando los vertederos clásicos y que tiene una beca del Instituto de Arqueología de Mérida, es el único investigador en el mundo que ha centrado su tesis doctoral en la gestión y evacuación de residuos sólidos y líquidos urbanos en ciudades romanas. "La tendencia a agruparse en grandes núcleos poblacionales les llevó a establecer medidas higiénicas innovadoras hasta ese momento, como la gestión de residuos mediante vertederos y el alcantarillado urbano público", afirma el arqueólogo.
La mayoría de los residuos descubiertos en los pudrideros romanos pertenecen a desechos de ceniza, carbones, huesos, animales y conchas, mientras que los elementos inorgánicos aparecen en un porcentaje mucho menor.
Los recipientes inorgánicos, como la cerámica, tenían una segunda utilidad y eran quemados para utilizarlos en la agricultura, mientras que el mármol era transformado en cal y los metales eran refundidos de manera constante.
Asimismo, las industrias de la época, como las alfarerías, disponían de basureros específicos, alfares, en los que sólo se vertían elementos de estas factorías.
Según ha explicado, desde los inicios del Imperio las administraciones locales romanas obligaron a la ciudadanía a depositar los elementos residuales en los extramuros, de modo que los vertederos se distanciaron de la población. Estos espacios estaban gestionados por los estercolari (basureros), que disponían de los carrus estercolari (carros de basura), destinados a tirar la basura.
Respecto a las cloacas subterráneas, Acero subraya que el sistema supuso un sistema vanguardista que se utilizó por primera vez en la historia del hombre y establecía redes que rodeaban el núcleo urbano y desembocaban en el río. Todos los inmuebles estaban conectados a la red de cloacas y el sistema estuvo a pleno rendimiento hasta el final del Imperio.
Teatro Romano de Mérida
Hasta el primer tercio del siglo XX, Mérida -ciudad fundada en el año 25 a.d.C. en la época de Augusto por Publio Carisio- no volvió a disponer de un sistema de evacuación hidráulico similar y, en un primer momento, el arqueólogo Pedro María Plano contempló en esa época la posibilidad de recuperar la antigua red, aunque su mal estado desechó esta posibilidad.
El arqueólogo cacereño Jesús Acero, que en estos momentos se encuentra excavando las letrinas (aseos públicos) del Teatro Romano de Mérida afirma que los vertederos y las cloacas son lugares interesantísimos desde los que se entiende la cultura, la estructura familiar y las costumbres alimentarias de la época.
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