El 'Hubble' observa uno de los objetos más extraños del universo
La profesora holandesa que descubrió la nube de gas verde asiste a la presentación de las imágenes
Se llama simplemente el Objeto de Hanny es una extraña y brillante nube de gas verde que ha intrigado a los astrónomos desde que se descubrió en 2007. La nube destaca cerca de una galaxia espiral porque un cuásar (un agujero negro supermasivo) en su núcleo la ha iluminado como si fuera un foco. Ahora está siendo estudiada con mucho más detalle gracias a las imágenes tomadas por el telescopio Hubble, que se han presentado en Seattle (EE UU).
Considerado uno de los objetos más extraños de los muchísimos observados en el espacio, en Hanny's Voorwerp (en holandés), que tiene el tamaño de la Vía Láctea, el Hubble ha descubierto delicados filamentos de gas y un grupo de cúmulos de jóvenes estrellas. El color verde de la nube se debe al oxígeno ionizado.
Su descubridora, Hanny van Arkel, explica en su blog que está encantada de asistir a la reunión de la Sociedad Americana de Astronomía , donde se han presentado las nueva imágenes, y en general, de haber entrado en contacto con el mundo de la astronomía. Ella es una profesora que descubrió la estructura celeste en 2007 mediante el proyecto Galaxy Zoo, que estimula la participación de no especialistas para que ayuden a clasificar las más de un millón de galaxias catalogadas en el Sloan Digital Sky Survey y las captadas por el propio Hubble en sus imágenes de campo profundo.
Las nuevas fotografías tomadas por el telescopio espacial del extraño objeto son las mejores hasta la fecha, explican sus responsables, y están captadas por sus dos cámaras. Los radiotelescopios terrestres han mostrado que del núcleo de la galaxia, situada a 650 millones de años luz de la Tierra, sale un flujo de gas que se extiende a 300.000 años luz. El Hubble ha mostrado ahora que este gas interactúa con una pequeña región del Objeto de Hanny, en la que se están formando estrellas, las más antiguas de las cuales tiene dos millones de años. Se cree que el cuásar se apagó o resultó ocultado por gas y polvo hace unos 200.000 años tras haber iluminado la estructura, cuyo brillo puede considerarse su eco.
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