El Gobierno se abre a una regulación nacional del uso del 'burka'
Caamaño anuncia que la Ley de Libertad Religiosa limitará la prenda en espacios públicos - Justicia e Igualdad se suman con matices al veto de los municipios
El Gobierno se dispone a seguir con matices la senda de todos aquellos Ayuntamientos, sobre todo catalanes, que han prohibido las prendas -el burka y el niqab- que tapan casi por completo a la mujer y su rostro. Por primera vez, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, abrió ayer la puerta a una regulación nacional, demandada por varios municipios, al anunciar que la restricción de esta vestimenta se incluirá en la futura Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia. La decisión se produce días después de conocerse el borrador de la norma que avanza hacia la laicidad y que no incluía mención alguna de esas prendas.
"Nosotros creemos que hay elementos como el burka, y potencialmente otros atuendos, que son difícilmente compatibles con la dignidad del ser humano y, sobre todo, con elementos fundamentales en los espacios públicos como es la identificación de las personas", afirmó Caamaño. Esa regulación figurará en el proyecto de ley sobre libertad religiosa que está preparando y que, si se cumplen los plazos anunciados, entrará en las Cortes en otoño.
La secretaria de Inmigración da a entender que basta con el Código Penal
"Allí abordaremos, con carácter general, el fenómeno vinculado a la utilización de prendas que externalizan sentimientos religiosos y su utilización en espacios públicos", añadió el ministro. Entre esas prendas con proyección religiosa figura el hiyab (pañuelo islámico) que solo tapa, parcial o totalmente, el cabello de la mujer, y cuyo uso no sería prohibido ni circunscrito.
Además de los requisitos de seguridad y de la preservación de la dignidad de la mujer, Caamaño invocó una tercera razón para legislar sobre burka y niqab: "Ordenar sabiamente y con carácter general este tipo de cuestiones" tras el desorden generado por los Ayuntamientos que han decretado prohibiciones por su cuenta. Aún así, y pese a que el ministro reconoció que el burka, "no es un gran problema", le parecen "bien" esas iniciativas municipales.
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, se pronunció en el mismo sentido: "Creo que en un tema como este no debe imponerse la precipitación a la reflexión. Es necesaria una regulación general, reflexionada y equilibrada, y la Ley de Libertad Religiosa es un buen marco para ello. El burka y otros velos integrales atentan contra la dignidad y contra la igualdad. Me gustaría que ninguna mujer tuviera que llevarlo".
Pero no todos en el Gobierno comparten esa opción. "La libertad de las mujeres de que no se les imponga ningún tipo de prenda se puede proteger con el Código Penal y con las leyes que regulan la igualdad", declaró a este periódico Anna Terrón, secretaria de Estado de Inmigración. Terrón pertenece al PSC, cuyo primer secretario, José Montilla, se pronunció recientemente contra la prohibición expresa de esa vestimenta. Ayer el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, amonestó a los Ayuntamientos por vetarlas en sus dependencias. "Podemos condenar a algunas mujeres a no salir de casa", dijo.
Algunos expertos opinan que no es necesario jurídicamente prohibir de forma expresa el burka. "No parece aconsejable, en términos de neutralidad y laicidad, que el legislador decida prohibir específicamente unas determinadas prendas y otras no", opina Jaime Rossell, profesor de Derecho Eclesiástico de la Universidad de Extremadura. "Además, la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa ya prevé (art. 3) el orden público como límite al ejercicio del derecho de libertad religiosa por parte del individuo y ya existen supuestos previstos en la ley, y decisiones de los tribunales, en los que no se permite el uso del burka".
Con información de Susana Pérez de Pablos y Àngels Piñol.
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