España es la puerta de Europa para los traficantes de mujeres
- La ONU alerta de la débil respuesta mundial a las redes de explotación sexual - Ellas son mayoría entre los detenidos: de víctimas pasaron a 'comerciantes'
Las redes de tráfico de mujeres para su explotación sexual actúan a escala global y se enfrentan a una persecución legal demasiado débil, según ha denunciado la ONU. Pese a que ha endurecido las leyes, España es uno de los países más involucrados en este problema, pues es tanto lugar de paso de las víctimas hacia Europa como destino en el que rumanas, brasileñas o chinas son obligadas a ejercer la prostitución.
La mayoría de las personas detenidas por tráfico humano también son mujeres, de acuerdo con el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que apunta a que antiguas víctimas de la trata acaban actuando como traficantes. Éste es un hecho inusual, según el informe, dado que la delincuencia organizada es, en un 90% de los casos, una actividad masculina.
El 78% de la trata es para prostitución; un 18% se destina a trabajos forzados
Madalena sería un buen ejemplo de traficada, aunque hizo de traficante. "He pecado", dice. Esconde los ojos y habla un portugués quedo. Tiene 13 años y se refugia en un centro para menores a las afueras de Maputo (Mozambique). Explica que un señor en la calle le ofreció 200 meticais (6 euros) si le llevaba niños de su escuela, en un barrio pobre de la capital. Le consiguió dos, "un meninho y una meninha para ir a Suráfrica". Madalena no es una excepción.
"Tenemos que entender las razones psicológicas, financieras y coercitivas por las que son mujeres las que acaban forzando a otras mujeres a la esclavitud", explica el director de la UNODC, Antonio Maria Costa, quien recuerda que todavía se desconoce la magnitud del tráfico humano, entre otras razones porque muchos países son ciegos al problema y no han instituido leyes adecuadas -o ni siquiera han remitido información para elaborar el informe, China, entre ellos-. Por eso, el porcentaje de condenas por este delito sigue siendo muy bajo, equiparable al de crímenes ocasionales en Europa, como el secuestro.
España y Francia son los dos países europeos con más casos detectados por la policía de explotación sexual y de trabajos forzados. España contabiliza más de 2.400 víctimas; Francia, cerca de 2.000. En ambos países, rumanas, brasileñas, colombianas o mujeres de África Central y Occidental son las principales víctimas.
La oficina de la ONU reconoce el esfuerzo realizado por España, que tipificó en 2008 el delito de tráfico de personas, antes perseguido bajo otros conceptos, y tiene en vigor un plan nacional contra la explotación sexual, así como medidas de apoyo a las víctimas. En 2007 fueron detenidas 1.204 personas y 1.870 fueron acusadas de delitos relacionados con el tráfico humano. Las víctimas eran en su mayoría mujeres.
La feminización de las bandas es un dato llamativo. Se podría explicar por el carácter del delito, en el que el traficante "en primer lugar se gana la confianza de la víctima, a la que engaña. De ahí el uso de mujeres; son los peones del engranaje", explica Johan Kruger, coordinador de UNODC en Suráfrica.
Es el caso, por ejemplo, de Aldina Hermenegilda dos Santos, alias Diana, que fue arrestada el año pasado por haber traficado con tres niñas de Mozambique a las que retuvo en un suburbio rico de Pretoria y que fueron drogadas y prostituidas. Diana se presentó a las niñas en la playa, conversó con ellas, les compró comida y refrescos. Con promesas de trabajo y de que podrían continuar sus estudios en Suráfrica, las niñas accedieron a acompañarla.
El 78% del tráfico humano está relacionado con la explotación sexual, principalmente de mujeres y niñas. De ahí también el papel preponderante de la mujer como traficante. Hasta un 60% de las condenas por este delito en Europa Oriental y Asia son mujeres. "Mi familia en Nepal es muy pobre, así que cuando me propusieron ir a la India a trabajar en una casa como sirvienta, mis padres y yo aceptamos. Pero cuando llegué me obligaron a prostituirme", cuenta Radha (nombre supuesto), de 17 años, que llegó a la India con 12. Durante cuatro años soportó los abusos de sus empleadores. Hace un año, Radha logró huir, y ahora una ONG le ayuda con lo más básico.
"Pero estoy atrapada porque no puedo volver a Nepal y confesar que fui prostituta, sería un gran deshonor. Tampoco tengo posibilidades de ganarme la vida ahí". Madalena, la niña traficante, tampoco puede. Teme las represalias de los vecinos que saben de su "pecado", y su destino será, probablemente, un orfanato.
De acuerdo con el informe de UNODC, el 18% del tráfico humano se destina a trabajos forzados. El 20% de los humanos traficados son niños. Se calcula que dos millones de menores caen cada año víctimas de redes de prostitución, de esclavitud o son usados como soldados.
India es a la vez exportador, importador y ruta de paso para los traficantes, que reciben niños de Bangladesh y Nepal y envían mujeres a Oriente Medio. India y Pakistán son los principales destinos para niños menores de 16 años originarios del sur de Asia. En el África meridional se calcula que 39.000 niños son destinados a la prostitución y como mano de obra agrícola. Su país de destino es Suráfrica, motor económico de la región. Muy vulnerables son los menores provenientes de Zimbabue, dado el hundimiento económico del país. Y la directora de la Red del Sur de África contra el Tráfico y Abuso de Niños (SANTAC), Margarita Guitunga, se muestra preocupada por el impacto que la celebración del Mundial de fútbol en Suráfrica, el próximo año, puede tener en el aumento de niños y niñas pasto de redes de prostitución.
La estandarización de legislaciones es una de las recomendaciones del informe de UNODC. De acuerdo con Costa, "es enfermizo que necesitemos un informe sobre la esclavitud en el siglo XXI".
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